Opinión
No le des mente a “nah”
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10 años agoon
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Melvin MañónPor Melvin Mañón
En la entrada del túnel de la carretera Santiago-Puerto Plata alguien, perteneciente a una institución o empresa que no tuve tiempo de identificar, colocó un letrero, llamativo y vistoso con el texto empleado para identificar algún producto o servicio, el cual es el titulo de artícul no le des mente a nah.
¿Qué puedo argumentar frente a los lectores de estas líneas?. Mi primera reacción fue pensar est quién escogió el texto y tomó la decisión debe ser un mal nacido. Pero no, seguramente no es así. De hecho, no me sorprendería lo más mínimo enterarme de que le han felicitado y que a muchos de sus amigos y relacionados les ha parecido una idea genial.
Tal vez lo sea. Lo que me asombra es que a nadie parece ocurrírsele pensar en las consecuencias.
Como puede alguien esperar que este país pueda detener al menos el deslizamiento cotidiano hacia la estupidez y hacia la barbarie si glorificamos una oración que contiene un llamado a cogérselo todo a vaina. No le des mente a nah, no es el producto de una mente estúpida, de un publicista imbécil, para un cliente desaprensivo y tan estúpido y tan imbécil como los otros dos. No le des mente a nah, es un resumen del estado mental del país.
Es una actitud fomentada, promovida y glorificada en los medios de comunicación y es además el tema que reiteradamente enarbolan casi todos los programas de variedades, farándula, espectáculo, música, arte, deporte y cuanta vaina aparezca con cierto parecido.
No le des mente a nah, es una expresión de buen gusto para los tipos listos y los que se creen listos. Para los que quieren estar de moda y para los que creen que están de moda.
No le des mente a nah, dejó de ser una expresión de uso privado, restringida a los encuentros sociales o una expresión típica del vocabulario entre panas. Se la universaliza, se la difunde y se la convierte en un decir que tiene, o se le atribuye valor de uso público.
NO ES POCA COSA
Si tu marido te deja por otra o por otr no le des mente a nah.
Si tu familia es un desastre: no le des mente a nah.
Si tu ni nadie sabe que hacer con sus hijos: no le des mente a nah.
Si no puedes cubrir tus deudas: no le des mente a nah.
Si te preocupas por algo, eres un estúpido o un tonto porque lo inteligente, lo que está de moda, lo que se debe hacer es: no le des mente a nah.
Si un adolescente mata a su padres no trates de entenderlo ni sancionarlo ni buscar las causas en el estropicio que se ha convertido la vida en este país, simplemente: no le des mente a nah.
Si tu vida no vale nada porque trabajas y te esfuerzas pero nadie lo reconoce, no te vayas a creer que estás solo ni que a otros le importa porque a todos les estamos diciendo y enseñando que lo correcto es que tu: no le des mente a nah.
Si la seguridad tuya y de los tuyos está por el suelo no trates de hacer nada por tu país ni por tu sociedad: no le des mente a nah.
No importa lo que quieras y no tengas o lo que tengas sin haberlo ganado y merecid no le des mente a nah.
No hables de futuro y menos de esperanzas. Toma lo que puedas y vive como quieras. Los demás no existen: no le des mente a nah.
Cuando te metes en vía contraria que carajo importa que los demás se enojen. Esos idiotas y estúpidos no saben que tu: no le das mente a nah así que, que carajo. El que no pueda estar vivo que se muera pero tu: no le des mente a nah.
Ese letrero sobre el lado izquierdo del arco de hormigón armado a la entrada del túnel, no fue el disparate de un imbécil mal nacido sino la gracia de alguien que se cree y que seguramente es valorado como una persona lista que está bien al tanto de la moda.
El único problema es que quien lo hizo y quienes lo disfrutan, quienes han llegado ahí desde hace tiempo, quienes creen que es solamente una gracia, quienes no le prestan atención o creen que no la merece están trágicamente equivocados.
LA VAINA
Hay algo peor. Mucho peor. Es total y enteramente posible que yo sea el único inadaptado, intolerante, maldito viejo y demás yerbas que haya visto la vaina, le haya rechinado la vaina, se haya indignado por la vaina y se haya negado a seguir el consejo de los sabios del buen gust no le des mente a nah.
Quitar ese letrero para darle la razón a este artículo no solamente no sucederá sino que incluso si sucediera no serviría para nada a menos que hicieran lo mismo con todos los demás ambientes y medios de comunicación de masas donde el buen gusto, la moda y lo chévere anuncian y postulan, como receta infalible para una vida feliz que tu: no le des mente a nah.
Todavía peor que todo lo anterior es que, muchos de los que lean esto pensarán que soy una exagerado, que no es para tanto y que un inocente letrero no tiene ni puede tener las implicaciones que le atribuyo.
No hay límites a la imbecilidad ni a la estupidez. Eso es seguro.
Opinión
Cuando el conocimiento y el intelecto se diluyen en el estiércol.
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3 días agoon
septiembre 27, 2023Por Edgard Paniagua Miguel
Por Isaías Ramos
Nuestro pueblo dominicano se encuentra navegando por un mar de confusiones, atrapado entre el anhelo de “progreso económico” y el imperativo de la integridad moral y social. Mientras la élite política pinta un cuadro de un futuro próspero, nuestros corazones nos dicen que estamos perdiendo nuestros valores y principios fundamentales, aquellos que dan vida a una sociedad justa y equitativa.
El sueño del progreso económico se ha desvanecido en un desierto moral. Soñábamos con una patria donde la justicia y la tranquilidad fueran el pan de cada día, pero hoy nos vemos sumergidos en un ambiente cada vez más violento, hostil y desigual entre los que “tienen” y los que “no tienen”. La insaciable codicia de esta élite ha agrandado la brecha entre ricos y pobres, dando vida a una clase baja que subsiste en la miseria, despojada de servicios esenciales y de su propia dignidad, mientras una pequeña élite se baña en opulencia.
Esta dolorosa realidad es el fruto de gobernantes que, carentes de conciencia social, han elegido favorecer el capital y oprimir al pueblo. Con una crueldad perversa, han hipotecado el futuro de nuestros hijos y nietos para incrementar sus fortunas y las de sus allegados, sacrificando la salud, la educación, las pensiones de nuestros trabajadores y nuestro medio ambiente en el altar del “crecimiento económico”. Han disfrazado la explotación y opresión de la mano de obra con sueldos de miseria como “competitividad”, convirtiéndola en un reclamo para “inversiones”, una forma moderna de vender esclavitud.
El neoliberalismo salvaje ha intensificado estas atrocidades, promoviendo una visión del mundo donde el crecimiento se sustenta en la pérdida de la dignidad humana, dando vida a una sociedad donde el dinero es un “Dios” amoral, donde la riqueza se acumula en pocas manos, ignorando las necesidades de la mayoría. Han transformado nuestras naciones en desiertos sociales, donde el éxito se esconde tras altas vallas y guardianes armados.
La realidad de países vecinos, nos muestra el devastador final de modelos económicos que, prometiendo prosperidad, solo traen destrucción y abandono. Si seguimos este camino, nuestro destino no será diferente.
En el Frente Cívico y Social creemos que, en este panorama desolador, es la ciudadanía quien tiene el poder y la responsabilidad de forjar un nuevo destino. Es crucial exigir integridad y transparencia, revaluar el camino que estamos construyendo y rectificar nuestro rumbo. Reconstruir una sociedad más justa, equitativa y moral es una misión compartida, y el momento de actuar es ahora.
El verdadero progreso no se mide por indicadores económicos, sino por la calidad de vida de nuestras gentes, el bienestar colectivo y la preservación de nuestros valores y principios. Buscar el crecimiento económico no debe ser un fin en sí mismo, sino el medio para edificar una sociedad más justa y equitativa.
En el FCS, sabemos que acostumbrarnos a vivir entre el desierto moral y el progreso vacío podría empujarnos a un abismo sin retorno. Es hora de construir el camino hacia un futuro en el que el éxito se mida no por la riqueza de unos pocos, sino por el bienestar de todos, por la preservación de nuestra humanidad y nuestros recursos naturales, y por el legado que dejemos a las futuras generaciones. Es hora de reflexionar y actuar para construir el futuro que soñamos, un futuro donde el progreso y los valores morales y sociales florezcan en armonía.
¡Despierta, RD!
Opinión
El Estatuto de Roma y la Cooperación de los Estados
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3 días agoon
septiembre 27, 2023Por Rommel Santos Díaz
El artículo 86, de la parte 9 del Estatuto de Roma estipula que todos los Estados deberán cooperar plenamente con la Corte Penal Internacional en relación con la investigación y el enjuiciamiento de crímenes de su competencia.
La palabra ¨cooperar plenamente¨ fueron escogidas cuidadosamente por los redactores del Estatuto de Roma, para enfatizar el papel importante que tienen los Estados en el funcionamiento efectivo y eficiente de la Corte.
El artículo 86 del Estatuto de Roma también prevé que los Estados Partes deberán cooperar plenamente ¨de conformidad con lo dispuesto en el Estatuto. Por consiguiente, toda previsión del Estatuto que requiera la participación de un Estado deberá interpretarse como cooperación plena, salvo que se especifique lo contrario.
El mismo artículo 86 estipula que los Estados Partes deberán ¨asegurar que en el derecho interno existan procedimientos aplicables a todas las formas de cooperación especificadas en esta parte del Estatuto de Roma.
En otros términos, se prevé que los Estados utilicen sus leyes nacionales para establecer todos los procedimientos necesarios que les posibiliten asistir a la Corte Penal Internacional. Todos estos procedimientos deberán permitir a los órganos estatales responder tan rápido como sea posible a los requerimientos de la Corte.
Los Estados deben de considerar que si no cumplen con un requerimiento de la cooperación de la Corte Penal Internacional, en contravención a los dispuesto en el Estatuto, impidiéndole ejercer sus funciones y atribuciones de conformidad con el Estatuto, la Corte podrá hacer una constatación en ese sentido y remitir la cuestión a la Asamblea de los Estados Partes o, al Consejo de Seguridad, si este le hubiese remitido el asunto.
El Estatuto de Roma no prevé específicamente ninguna sanción. Sin embargo, un Estado Parte que se niegue a dar curso a una solicitud de cooperación formulada por la Corte, estará incumpliendo con sus obligaciones al tratado en la mayoría de los casos, y podría haber consecuencias políticas perjudiciales contra ese Estado.
Todo lo planteado anteriormente tiene un impacto directo en cuanto a la competencia de la Corte Penal Internacional, en tanto el artículo 12 del Estatuto de Roma establece que un Estado, al aceptar ser parte del Estatuto, se adhiere por ende a la jurisdicción de la Corte respecto a los crímenes estipulados en el articulo 5 (genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y crimen de agresión). Esto significa que una vez que un Estado se convierte en Estado Parte, éste acepta automáticamente la competencia de la Corte, a partir del día en que entre en vigor el Estatuto.
Cabe destacar que los Estados que no sean parte del Estatuto de Roma también podrán aceptar la competencia de la Corte respecto a un crimen en particular, por medio de una declaración de conformidad con el artículo 12.
Finalmente, los Estados que no sean parte deberán cooperar plenamente una vez que acuerden asistir a la Corte Penal Internacional en una investigación en particular. Si incumplen el acuerdo especial realizado con la Corte, esta podrá informar a la Asamblea de los Estados Partes o al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, según sea el caso.