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Procuraduría General de la República parece haber pasado de la competencia y la agresividad judicial a la indulgencia
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Por Elba García
Procuradora general de la Republica recurre a la tolerancia con un sistema de justicia cuya imagen no depende de lo que se diga sobre sus decisiones, sino de las dudas que generan la mayoría de sus sentencias.
Llamó a los adjuntos a que las respuestas deben ser limitadas, directas y precisas, además de no alimentar la posible desconfianza de la sociedad en las instituciones, sobre todo a contribuir con los juicios paralelos.
Advierte que ¨¨Nuestro trabajo es en los tribunales e informar a la opinión pública, pero no continuar el litigio por los medios, así como en otras esferas distintas a los tribunales.
Con esta carta la magistrada German Brito ha dicho algunas cosas que son propias de la prudencia y el comedimiento, pero la otra lectura de la misma es que ha querido tapar el sol con un dedo, porque la fiebre nunca debe buscarse en la sabana, sino en el enfermo.
Lo lamentable del asunto es que la deficiencia o complicidad o como se le quiera llamar también es encontrada en el Ministerio Público, donde si bien es cierto lo dicho por la procuradora general de la República, en el sentido de que ese órgano debe velar por la protección de la victima y del imputado, lo que en realidad parece ocurrir es que en el Ministerio Publico parece existir una fuerte tendencia a proteger al que comete el delito en vez del querellante.
La cuestión es que lo que ocurre con los fiscales también ocurre con los jueces y es que ambos son parte de un sistema agotado, porque forman parte de un Estado que no tiene los niveles de institucionalidad, de regulación y de fiscalización que garantice que sus decisiones por lo menos sean más idóneas.
Es más, habría que decir en este caso que penosamente los medios de comunicación social sobre lo que menos publican es sobre la gran cantidad de sentencias evacuadas sobre la base del capricho de muchos jueces, sin tener las pruebas que avalen las mismas.
Lo planteado en lo referente a la carta de Miriam German Brito, no es sólo por lo ocurrido con los megas procesos de corrupción que se conocen en el país, sino por la mayoría de las decisiones que emiten diariamente los tribunales inferiores, las cuales no se apoyan en los elementos facticos envueltos en el caso, por lo que los mismos no tienen ninguna base jurídica si se analizan a partir de una serie de principios y derechos constitucionales.
Las criticas vertidas por sus adjuntos, máxime Jeny Berenice Reynoso, las cuales tal vez han sido las más ácidas provenientes del Ministerio Publico, tienen mucho de justificación, aunque naturalmente debió también hacer una mirada hacia al interior del órgano al que sirve.
Sin embargo, se debe reiterar que las criticas tienen asidero suficientes y que no hacerlo es una forma de que toda la podredumbre nacional llegue hasta el rincón más recóndito del país y que la democracia termine con la aceleración de su descredito total y que la irregularidad convierte en irrecuperable la honra del Ministerio Público y de los tribunales nacionales.