Efe
Al menos 40 personas dieron positivo de COVID-19 entre los trabajadores del Instituto de Investigación de Medicina Tropical (RITM, en inglés) de Manila, el principal centro de análisis de pruebas de diagnóstico de coronavirus en Filipinas.
La jefa del RITM, Celia Carlos, confirmó en una entrevista a una radio local que el personal contagiado está en aislamiento para evitar nuevas transmisiones en el centro, pero la mayoría no presenta síntomas de la patología respiratoria causada por COVID-19.
Carlos baraja la hipótesis de que el origen del foco de la infección venga de fuera de la instalación, ya que según dijo, el primer caso se dio en un codificador de datos que no estuvo directamente expuesto a ningún paciente infectado.
El RITM es el centro de referencia en Filipinas para enfermedades infecciosas y allí se derivaron los primeros pacientes de COVID-19 cuando se declaró el brote el pasado enero.
Filipinas está entre los países del Sudeste Asiático con más casos confirmados, 6.459 según el último recuento del Departamento de Salud, 428 muertes y 613 pacientes ya recuperados.
Desde principios de mes el RITM procesa 1,500 y 2,000 muestras por día, el 64% del total de 52,000 pruebas que se han realizado en Filipinas, con una población de 108 millones de habitantes.
El patógeno también se ha cebado con el personal sanitario que está luchando en primera línea para contener la pandemia, ya que 766 trabajadores de salud han resultado infectados, 339 médicos y 342 enfermeras, según datos divulgados por el Departamento de Salud el pasado viernes.
De ellos, 22 han fallecido, la mayoría doctores, lo que significa que la tasa de mortandad por COVID-19 entre el personal sanitario es del 5%, semejante a la de Italia o España, donde se registraron graves brotes.
Varias asociaciones de personal de salud como la Alianza de Trabajadores de la Salud, el Sindicato de Enfermeros Filipinos o la Asociación Médica Filipina han denunciado las condiciones en las que trabajan, sin los equipos de protección adecuados, y están reclamando que se hagan test de diagnóstico a todos.
Además, 71 agentes de la Policía Nacional, que también trabajan en primera línea en los controles en la calle para vigilar el cumplimiento de la cuarentena, han dado positivo de COVID-19.
Luzón, la mayor isla de Filipinas donde vive más de la mitad de la población del país, está en estricta cuarentena hasta el 30 de abril y el presidente Rodrigo Duterte decidirá esta semana si la medida se extiende o se relaja el confinamiento, ya que los nuevos contagios diarios disminuyen paulatinamente.