EFE
CARACAS. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, hizo ayer varios anuncios económicos que reflejan la asfixia inflacionaria que padece el país pues, además de informar del quinto aumento de salario en lo que va de año, dijo que empezará a circular el billete de 100.000 bolívares.
La primera de las medidas fue un aumento del 30 % en el salario mínimo mensual, lo que lo eleva de 136.544 bolívares a 177.507 bolívares, cantidad equivalente a 53 dólares según la tasa de cambio oficial de referencia más alta (3.345 bolívares por dólar).
Este aumento equivalente a 12 dólares es el quinto incremento del salario mínimo que el jefe del Estado venezolano ha ordenado en lo que va de 2017.
El incremento beneficia no solo a los trabajadores sino también a los pensionados y jubilados, quienes además perciben un bono “de guerra” adicional al salario que aumentó hoy a 53.252 bolívares (unos 16 dólares).
Maduro anunció también un aumento de 10 unidades tributarias al bono de alimentación, que reciben los trabajadores activos, por lo que este pasa de 21 a 31 unidades tributarias, equivalentes a un total de 279.000 bolívares (83 dólares). Este bono no es entregado a pensionados ni jubilados.
Así, el salario integral mensual suma un total de 456.507 bolívares (unos 137 dólares).
A escasos minutos de anunciado el aumento, el diputado opositor y presidente de la Comisión de Finanzas del Parlamento, José Guerra, señaló que este incremento no contribuye a la economía y, por el contrario, consideró que el presidente está “apagando la candela con gasolina de avión”.
Entre los anuncios de “inicio de Navidad” Maduro también informó que se entregará un “bono navideño especial” de 500.000 bolívares (cerca de 150 dólares) a 4 millones de hogares a través del carné de la patria.
“He aprobado los recursos para entregar un bono navideño especial a 4 millones de hogares de 500.000 bolívares para la mujer y el hogar venezolano. 500.000 bolívares en un bono a través del carné de la patria”, explicó Maduro.
El carné de la patria es un instrumento digitalizado que permite identificar a quienes están inscritos en un registro paralelo al censo que la llamada revolución bolivariana utiliza para distribuir comida a precios subsidiados y otras ayudas sociales.
El jefe de Estado adelantó además la distribución de un CLAP navideño especial (bolsas de comida subsidiadas) “con todos los componentes para hacer la hallaca (plato típico de Navidad en Venezuela) en la casa” y “romper los mecanismos especulativos”.
“Y lo que le falte con este aumento salarial, con el bono sale y lo complementa y lo compra en la calle. Si nos atacan por un lado nos defendemos por el otro, pero el pueblo va a tener sus Navidades felices”, remachó.
La oposición venezolana y figuras críticas como la exfiscal general Luisa Ortega Díaz han denunciado que el Gobierno utiliza este carné para pedir el voto a cambio de comida y otros beneficios sociales.
Según los expertos y economistas, Venezuela tiene la inflación más alta del mundo, y atraviesa una grave escasez de alimentos, medicamentos y otros productos básicos.
También enfrenta una escasez de dinero efectivo, entre otras razones y según el Gobierno venezolano, por el supuesto contrabando de las piezas monetarias hacia Colombia.
En ese sentido, Maduro anunció la incorporación del billete de 100.000 bolívares (unos 30 dólares a la tasa de cambio oficial más alta) a la familia de billetes del país caribeño, que entrará en circulación a partir de mañana.
Asimismo, ordenó al ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, comenzar la distribución de este papel con “gran vigilancia”.
Otro factor de la crisis venezolana es la galopante inflación, que según el Parlamento ronda por un 536 %.
Esta escasez de efectivo ha llevado a los ciudadanos a hacer largas filas en los bancos, que por cajeros automáticos dispensan en promedio entre 5.000 y 10.000 bolívares por día (entre 1,5 dólares y 3 dólares, respectivamente); mientras que por taquilla la media es de 10.000 bolívares.
Maduro sugirió ayer que “la solución definitiva” a la escasez de dinero efectivo es que el 95 % de las transacciones comerciales del país sean electrónicas, incluyendo pasajes en autobús y servicio de metro.