El asesinato de tres políticos esta semana en los estados de Jalisco y Guerrero marcó de nuevo la trascendencia del mal endémico de la violencia que sufre el país al registrarse en los primeros 11 meses del año un total de 23.101 homicidios, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
A falta de las cifras de diciembre del Sistema, el 2017 se ha confirmado ya como el año más violento en México en las últimas dos décadas al superarse los 22.409 asesinados ocurridos en 2011.
Con estas estadísticas, México se sitúa apenas por debajo de Siria, un país que tiene un conflicto interno, criticó el aspirante presidencial izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que atribuye la violencia a la corrupción del gobierno federal.
El número de asesinatos disminuyó en los dos primeros años de la Administración del presidente Enrique Peña Nieto, para repuntar de nuevo en 2017.
No obstante, la tasa de homicidios por cada 100.000 ha disminuido, de 18,70 en 2017, comparada con el 19,37 con el que cerró el 2011, en el Gobierno del presidente Felipe Calderón (2006-2012).
El Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales, aseguró en entrevista con el diario mexicano El Universal que la situación de violencia que se vive en 2017 es diferente al contexto que había en 2011.
“Recordamos muy bien cómo estábamos en esas fechas y la situación de ahora no tiene nada que ver. Probablemente el número sea superior o igual, pero la situación es diferente”, apuntó Sales al afirmar que la tendencia de homicidios “se prevé a la baja”.
Entre las víctimas más recientes de la violencia están un coordinador del centroizquierdista Movimiento Ciudadano en el estado de Jalisco, un diputado de la misma entidad del izquierdista, y el alcalde de Petatlán, estado de Guerrero, asesinados a balazos esta semana.
En este clima de violencia, la inseguridad ha marcado el inicio oficial de la campaña de las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio de 2018 en las que se renovará también un total de 3.407 puestos en 30 de los 32 estados del país, incluido el Congreso de la Nación.
Actualmente el proceso se encuentra en una fase de precampaña en la que los aspirantes presidenciales formalizarán el respaldo de sus partidos políticos, para después preparar la campaña electoral que transcurrirá del 30 de marzo al 27 de junio de 208.
El precandidato del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade, abrió el debate sobre la responsabilidad política del aumento de la violencia al afirmar que la oposición gobierna cuatro de los cincos estados con mayor violencia y que en cambio su formación tiene el poder en cuatro de las cinco entidades con menor crecimiento de la violencia.
“De los cinco estados donde menos ha crecido la violencia, de hecho donde ha caído, cuatro de los cinco están gobernados por el PRI”, declaró Meade en un mitin con miembros de su partido en Guadalajara, occidente del país.
Ricardo Anaya, aspirante presidencial de la coalición Por México al Frente formada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Movimiento Ciudadano (MC), respondió que en México la inseguridad tiene como punto de origen la “ineficacia del PRI” para gobernar y su estrategia de seguridad.
“Le digo al PRI y le digo a su candidato que por una vez en su vida tengan vergüenza y que por una vez en su vida asuman su responsabilidad: el país tiene un problema de violencia y el gobierno federal tiene que asumir su responsabilidad”, acusó Anaya.
López Obrador, candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del Partido del Trabajo y del Partido Encuentro Social, destacó que la corrupción es una de las principales causas de la violencia que ha hecho de México el segundo más inseguro después de Siria.
Además de la inseguridad y las elecciones presidenciales del 2018, durante este año México tiene como retos la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente con Estados Unidos y Canadá desde 1994.