Santo Domingo, 14 ene (EFE).- Cientos de personas marcharon hoy por calles de Santo Domingo para denunciar el agravamiento de la crisis hospitalaria que sufre la República Dominicana y reclamar un cambio de rumbo en la política sanitaria del Gobierno.
La movilización se desarrolló bajo la consigna “Basta ya de denegación del derecho a la salud”, partió a las 10.00 hora local del parque Enriquillo y transitó por la avenida Duarte y la calle El Conde hasta concluir en el parque Independencia de la capital.
“Estamos marchando para llamar la atención del Estado y de la Sociedad en torno a la crisis del sistema de salud y la necesidad de priorizar la búsqueda de soluciones. Este drama tiene que cambiar y para que eso ocurra el pueblo debe luchar”, explicó Alba Reyes, coordinadora general de la Alianza por el Derecho a la Salud (Adesa), convocante de la marcha.
Según explicó, los hospitales están en bancarrota y adolecen de equipos, insumos básicos, camas, medicamentos y personal, a lo que se añade una administración caótica, deficiente y corrompida.
Reyes indicó que más de siete millones de dominicanos dependen exclusivamente de los hospitales estatales para acceder a servicios médicos, ya sea porque carecen de un seguro de salud o porque el que tienen es el subsidiado del Sistema Nacional de Salud (Senasa).
Esto quiere decir que el 70 % de la población está expuesta a morir si continúan las graves deficiencias de los hospitales construidos por el Estado, algunos de los cuales se administran con un criterio puramente comercial, pensando solo en cobrar servicios, afirmó.
Sin embargo, en el nuevo Sistema de Seguridad Social solo el 30 % de la población tiene un seguro contributivo de salud, aunque, según la responsable de Adesa, “la crisis sanitaria se extiende hasta quienes poseen un seguro contributivo”.
“Los asegurados son víctimas de denominado copago, mecanismo ilegal e injusto mediante el cual clínicas, laboratorios y médicos cobran a los pacientes cifras exorbitantes sin que el Gobierno haga nada”, puntualizó.
Además, dijo que un ejemplo “de las funestas consecuencias de la crisis del sistema de salud es la dramática situación en que se encuentran los hospitales infantiles y de maternidad, donde en el año pasado murieron 2.835 niños y 188 mujeres parturientas, vidas que se pudieron salvar si las víctimas hubieran encontrado una atención de calidad.”
Adesa tiene 35 organizaciones afiliadas que, en conjunto, representan a cerca de 30.000 personas. EFE