Washington, (EFE).- La economía de Estados Unidos mantuvo la senda de sólido crecimiento en el último trimestre de 2017, con una tasa anualizada del 2,6 %, aunque lo hizo a un ritmo anual ligeramente inferior al del trimestre previo, informó hoy el Gobierno.
El Departamento de Comercio publicó el primero de sus tres cálculos sobre la evolución del producto interior bruto (PIB) entre octubre y diciembre pasado, que situó la tasa anualizada en el 2,6 %.
La cifra es algo inferior a las estimaciones de los analistas, que habían anticipado un 3 % de expansión y menor al 3,2 % registrado en el tercer trimestre del año.
El informe destacó el fuerte aumento en el gasto de los consumidores, que supone dos tercios de la actividad económica en EEUU, y subió un 3,8 %, hasta situarse en el mejor registro en un año, y la buena salud de la inversión empresarial.
Por contra, la ampliación del déficit comercial, ya que las importaciones crecieron el doble las exportaciones, y el uso de los inventarios, actuaron como frenos del impulso económico.
Desde la Casa Blanca se destacó la firmeza de la recuperación, aunque el jefe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Kevin Hassett, reconoció una “ligera sorpresa negativa” por estar por debajo del 3 %, pero precisó que aún quedan dos revisiones del cálculo.
“Los detalles son mucho mejores que el titular. Los elementos más fundamentales del crecimiento fueron bastante fuertes en el cuarto trimestre. Tanto por el lado del gasto del consumidor y empresarial, hay un gran impulso”, dijo Tom Simons, economista de Jefferies LLC.
Los mercados recibieron positivamente el dato del PIB y Wall Street continuó su senda alcista, de modo que el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, subía un 0,28 % al inicio de la jornada.
El presidente Donald Trump llegó hace un año a la Presidencia con la promesa de lograr un crecimiento anual superior al 3 %, aupado por un ambicioso plan que supone la mayor reforma fiscal del país en varias décadas que conlleva un notable recorta los impuestos a las empresas y, en menor medida, muchos estadounidenses.
Según Trump, una vez aprobada la reforma fiscal el crecimiento anual de EEUU podría alcanzar el 4 % anual, algo de lo que dudan muchos analistas dado el envejecimiento de la población y la escasos avances en productividad en los últimos años.
Los expertos reconocen el impulso que aportará la reforma fiscal, pero consideran que serán más modestos de lo anticipado por Trump.
En su última actualización de sus “Perspectivas Económicas Globales”, presentadas esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó el crecimiento estimado para EEUU, la principal economía mundial, al 2,7 % este año y 2,5 % el próximo aupado por los recortes de impuestos.
No obstante, los indicadores de los últimos meses apuntan a una aceleración económica, con Wall Street en récords históricos y la confianza de consumidores y empresas en máximos.
Esta sostenida mejora económica de EEUU, con la tasa de desempleo en mínimos desde hace 18 años en el 4,1 %, ha llevado a la Reserva Federal (Fed) a elevar en tres ocasiones en este año los tipos de interés, la última en diciembre, hasta dejarlos en el rango de entre el 1,25 % y 1,5 %.
La próxima semana, la Fed celebrará su primera reunión del año sobre política monetaria, la última con Janet Yellen como presidenta, que será sustituida en febrero por el nominado de Trump, Jerome Powell.
El banco central estadounidense prevé tres ajustes monetarios adicionales a lo largo de 2018. EFE