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El discurso del 27 en el Congreso podría definir el rumbo de Danilo

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Precedido de una cadena de infortunios políticos  nacionales e internacionales, y presiones partidarias, el discurso del presidente Medina podría marcar su rumbo político al aproximarse, con múltiples problemas, a la mitad del período de gobierno

 Por Juan Bolívar Díaz

Tras un año de reducción del crecimiento económico, y con acusado desgaste del segundo periodo de gobierno, el sexto informe al Congreso del presidente Danilo Medina debería despejar dudas sobre su rumbo político, enfocándose en las reformas electorales e institucionales que requiere el país.

No menos urgentes, pero más difíciles para una segunda mitad, sería afrontar los problemas más acuciantes como el de la sostenibilidad fiscal y la inequidad social, la productividad y competitividad nacional, la galopante corrupción e impunidad y la ineficiencia del gasto público muy condicionado por el clientelismo político.

Precedido de infortunios

            Como es tradicional en los segundos períodos de gobierno, el presidente Danilo Medina comparece el martes ante la Asamblea Nacional con señales de desgaste político, cada vez con mayores conflictos en su propio partido, y cuestionamientos en los ámbitos nacionales e internacionales. Consciente del proceso, el mandatario adelantó los cambios de funcionarios que se esperan en la ocasión, con tanto infortunio que en vez de marcar una pretendida renovación y escandalizó por escasos escrúpulos en la selección y ratificó el reparto patrimonialista del Estado entre seguidores y aliados políticos.

Medio centenar de designaciones no tocaron los ministros y sólo tres podrían ser consideradas de importancia, los directores  del Servicio Nacional de Salud, del Seguro Nacional de Salud y del Instituto de las Telecomunicaciones, y la mayoría fueron del servicio consular, directores y subdirectores de organismos medios del Estado y de consejos directivos de empresas públicas.

En horas el presidente Medina tuvo que rectificar la designación de un viceministro de la juventud que está preso por violencia de género, por generalizado rechazo, a lo que se sumó el nombramiento como asesor en “desarrollo territorial” de un exdirector del Consejo Estatal del Azúcar cuya gestión de los terrenos de esa entidad generó acusaciones e investigaciones judiciales, y como cónsul en Haití a otro que había sido destituido dos veces de cargos consulares por haber emitido visas clandestinas y tráfico de inmigrantes.

El clientelismo quedó ratificado cuando el presidente ejecutó el relevo del director del Instituto de Seguros Sociales, César Mella, que había pedido públicamente el presidente del PRD y canciller Miguel Vargas, por considerar que no estaba dando suficientes empleos a los militantes de ese partido al que “correspondía el cargo”. En tanto el doctor Nelson Rodríguez Monegro rechazó su designación como asesor, denunciando que salió de la dirección del Servicio Nacional de Salud por no haberse doblado ante el clientelismo.

Llueven informes negativos

La semana pasada marcó un récord en informes negativos para el país, indicativos de insatisfacciones con la gestión pública nacional, abarcando uno de la Agencia de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), otros  de Transparencia Internacional, de , Amnistía Internacional,  y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) así como un mensaje pastoral de la Conferencia del Episcopado Dominicano.

El informe de UNICEF colocó el país en el lugar 51 en muertes de recién nacidos entre 184 naciones, y entre los peores de América Latina y el Caribe, con una tasa de 21.8 por mil nacidos vivos, nueve veces superior a la más baja de la región, que es el 2.4 por mil de Cuba. La muerte antes del mes de uno de cada 48 nacidos en RD choca con las tasas de crecimiento económico que registra la nación hace décadas, especialmente en la última.

En un reporte sobre Retos y Oportunidades para Centroamérica y República Dominicana, el BID señala que la región “tuvo una tendencia positiva en el 2017, con una expansión económica del 3.8%, pero esta dinámica no se ha traducido en cambios significativos en la reducción de la pobreza o en una mejoría de la distribución del ingreso”. Y aludiendo a incertidumbres recomienda que las autoridades de la región “adopten acciones y políticas para potenciar su crecimiento e incrementar la inclusividad del mismo”.

El índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, publicado el miércoles redujo en dos puntos la evaluación de RD, con puntuación de 29 sobre 100, y en el escalón 135 entre 180 países evaluados, sólo mejor que otros cuatro países y peor que unos 30 del continente americano. Refiere, entre otros factores, que Odebrecht prefirió el país para operar su departamento de sobornos, cuando le apretó la justicia brasileña.

El Episcopado y Amnistía

            El mensaje pastoral del Episcopado por la celebración de la independencia nacional, reconoce avances en varios aspectos, especialmente en la inversión en educación, pero indica que persisten males como la corrupción y la impunidad, la inseguridad ciudadana, la violencia contra la mujer, la irresponsabilidad de los cuerpos de seguridad, carencias en el sistema de salud, el ineficiente servicio energético, y la renuencia a aprobar la ley de partidos que garantice transparencia y control de los recursos estatales.

Las mayores críticas de los obispos católicos fueron dirigidas al funcionamiento de la justicia, aludiendo al “clamor de nuestro pueblo por una administración sana de la justicia, lejos de la corrupción de las instituciones que la aplican, sea porque los procesos están viciados desde su raíz o porque algunos jueces se han quitado la venda de los ojos para ver según su conveniencia a quien la aplican”.

Amnistía Internacional volvió a situar el país entre los que registran mayor número de apátridas, por la desnacionalización de miles de descendientes de haitianos, y la lentitud en poner en vigencia la ley 159-14 aprobada para redimirlos y para otorgar una posibilidad de alcanzar la ciudadanía dominicana a otros miles que nacieron en el país antes de la Constitución del 2010 pero que nunca pudieron ser registrados.

Amnistía también denuncia  más de un centenar de muertes a manos de la policía, aumento en 21% de homicidios, incremento de los crímenes de odio contra los LGTB y persistencia en no reconocer derechos sexuales y reproductivos generalizados en el mundo, como el aborto cuando peligra la vida de la madre, el feto es inviable o fruto de violación.

Desafío más trascendente

            De todos los desafíos internacionales que le han caído al gobierno de Medina, el más trascendente es el de la misión del Fondo Monetario Internacional que recién visitó el país y volvió a advertir sobre el camino de insostenibilidad fiscal, la cual, tras reconocer el crecimiento y avances de gestión, plantea que “se requieren medidas de consolidación más significativas para abordar las debilidades fiscales estructuradas. Las medidas recientes para fortalecer la administración tributaria y aduanera están ayudando a aumentar los ingresos fiscales, sin embargo, estas resultarían insuficientes para revertir la dinámica alcista de la deuda frente al endurecimiento en las condiciones financieras mundiales, precios del petróleo en aumento y una mayor carga del servicio de la deuda”.

A continuación plantearon que “se requerirán mayores esfuerzos para reconstruir la capacidad de las finanzas públicas, para amortiguar choques, tomando en cuenta el impacto social y sobre el crecimiento en la composición del proceso de consolidación fiscal. Esto significaría centrar el ajuste sobre la ampliación de la base impositiva, incluyendo la focalización de exenciones e incentivos fiscales, y la simplificación del sistema tributario a la vez que se protege a los más vulnerables”.

Reformas institucionales

            Lo más probable es que el presidente Medina se quede, como otras veces, en los elogios a la estabilidad macroeconómica, pues ha evadido pagar el costo del pacto fiscal dispuesto por la ley de Estrategia de Desarrollo, que tendría que tocar la corrupción, el clientelismo, el rentismo, las ineficiencias y duplicidades de organismos para el reparto político. Aunque los sectores conscientes esperan que explique hasta cuándo el Estado seguirá endeudándose a ritmo de 200 mil millones de pesos por año, unos 12 millones de dólares por día en el 2017, Debería transparentar su obra cumbre de las plantas Catalina y sobre el reclamo por Odebrecht de 708 millones de dólares adicionales para concluirlas.

Ya el año pasado Medina anunció un rosario de obras que no pudo ejecutar, incluyendo “la revolución del transporte urbano”, con la eliminación de 19 mil carros conchos, 7 grandes proyectos para el desarrollo sostenible de la cuenca hidrográfica del sur, el rescate de La Ciénega y Los Guandules y otras que no han podido arrancar. O la Ciudad Juan Bosch de Santo Domingo y Santiago y la conclusión de la renovación de 57 hospitales y del metro de Santo Domingo, aún pendientes.

Esas y otras realizaciones requieren recursos financieros inexistentes, pero podría haber ejercido su liderazgo y poder para concertar el pacto eléctrico y la aprobación de las leyes de Partido, del Régimen Electoral, y de responsabilidad fiscal, para lo que sólo se requiere voluntad política. El discurso del martes podría definir el rumbo del presidente Medina de cara al 2020.-

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Análisis Noticiosos

Necesidad de nuevo objetivo de financiamiento climático para América Latina y el Caribe

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Los 20 países con mayores emisiones de la región reciben 19 veces más ingresos por la exportación de combustibles fósiles que por enfrentar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad

Por años el cambio climático ha representado una grave amenaza para América Latina y el Caribe. Sin embargo, los retos para atenderlo se han ido acrecentando con el tiempo. Pese a los intentos de varios países para hacerle frente, persisten desafíos para desacoplar sus economías de actividades contaminantes. Así, mientras algunos países profundizan su dependencia a los combustibles fósiles, otros sufren las consecuencias de los impactos negativos de la crisis climática.

De acuerdo con el Índice de Finanzas Sostenibles 2024 (IFS) del Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe, existe una gran brecha entre los ingresos generados por actividades intensivas en carbono y aquellos destinados a combatir el cambio climático y a proteger la biodiversidad. En conjunto, los 20 países con mayores emisiones de la región reciben 19 veces más ingresos por actividades relacionadas con la exportación de combustibles fósiles que por temas asociados a la conservación de la naturaleza. Además, destinan 12 veces más recursos a proyectos para la producción de combustibles fósiles que a iniciativas que a las segundas dos iniciativas.

Este desequilibrio refleja la histórica dependencia de la región en sectores como la minería, el petróleo, el carbón y el gas, aunque también representa una oportunidad para reorientar los flujos financieros. Hay que reconocer que la transición a economías bajas en carbono no solo es una cuestión de mitigación del cambio climático, sino también de adaptación, de protección de la naturaleza y de competitividad económica a largo plazo.

A nivel nacional los países de América Latina y el Caribe deben acelerar su transición hacia finanzas más sostenibles. La dependencia económica de las actividades en carbono no solo ponen en riesgo el cumplimiento de los objetivos climáticos internacionales, sino que también exponen a la región a los devastadores impactos del cambio climático, como los desastres naturales y las migraciones forzadas.

El IFS 2024 subraya la urgencia de un cambio radical en la asignación de recursos. Actualmente, la mayoría de los países de la región destinan menos del 1% de sus presupuestos a proyectos que ayudarán a combatir el cambio climático y a proteger la biodiversidad. El Salvador es una de las pocas excepciones, destinando más del 3% de su presupuesto a iniciativas climáticas y sostenibles, pero muchos otros países permanecen rezagados, lo que limita su capacidad para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático.

La tarea no es sólo de los países de la región. Es muy importante que a nivel internacional se tengan compromisos de financiamiento, como la creación de un nuevo objetivo colectivo cuantificable de financiamiento climático que ayude a los países a financiar acciones urgentes. Este, se ha repetido, no solo debe estar enfocado en la adaptación, sino darse mediante financiamiento público en forma de donaciones para evitar el aumento de los niveles de deuda de los países. Se trata de un nuevo objetivo que se aprobará en la COP29 que se desarrollará en Bakú y que será crítico para incentivar a los países de la región a avanzar hacia finanzas más sostenibles.

La nueva meta de financiamiento climático debe tomar en cuenta estas necesidades y prioridades de los países de la región, como del resto de los países en desarrollo. No debe ser solo un número, aunque sí debe considerar que las necesidades están valuadas en millones de millones de dólares, y ya no solo en miles de millones de dólares. Pero, además, se deben tomar en cuenta aspectos de carácter cualitativo, como mejorar el acceso a dicho financiamiento.

Si bien no hay ningún país que haya logrado armonizar sus finanzas para hacerlas completamente sostenibles, lo cierto es que hay países que han tenido que incrementar sus inversiones públicas en la atención de las pérdidas y los daños causados por el cambio climático, como ha sucedido en países de Centroamérica. Dos ejemplos son el ya citado caso de El Salvador, y el de Guatemala, que presenta una puntuación de 2,6 de 4 puntos en la clasificación de finanzas sostenibles. Esto se debe a que Guatemala ha asignado 35 veces más recursos a actividades que permitirán combatir el cambio climático que a actividades intensivas en carbono; y a que es un país que no depende de la industria fósil para alimentar su economía. No obstante, también presenta retos de acceso a financiamiento climático internacional.

Otros países como Honduras, Jamaica y Panamá también han logrado progresos en cuanto a su asignación de presupuesto público en materia de cambio climático. Esto no quiere decir que no enfrentan retos de acceso a financiamiento internacional, lo que también limita su capacidad de implementación de sus compromisos climáticos adquiridos a nivel internacional.

Brasil y México, las economías más grandes de la región, se encuentran en una posición crítica dentro del contexto de las finanzas sostenibles. Según el IFS 2024, ambos países han obtenido medias y bajas puntuaciones: Brasil, con 2,1 puntos, y México con 1,3 puntos. Estos resultados reflejan una disparidad entre sus ingresos y egresos por actividades intensivas en carbono y el financiamiento asociado a la atención del cambio climático.

En 2023, Brasil generó 33 veces más ingresos provenientes de actividades intensivas en carbono que por fuentes de financiamiento climático internacional, y destinó 1,5 veces más presupuesto a actividades contaminantes que a iniciativas sostenibles. México, por su parte, se enfrenta a una situación más compleja: generó 57 veces más ingresos por actividades intensivas en carbono, mientras que destinó 28 veces más recursos a sectores contaminantes que para atender el cambio climático.

A pesar de estos desafíos, tanto Brasil como México tienen la oportunidad de liderar un cambio crucial en la región. Debido a su peso económico y su influencia política, ambos países podrían movilizar capital de manera significativa hacia proyectos sostenibles, creando un efecto multiplicador que inspire a otras naciones de la región a seguir el mismo camino. Para lograrlo, es fundamental que alineen sus políticas fiscales con los compromisos climáticos internacionales. Esto implica incentivar el desarrollo de energías renovables y mejorar la eficiencia energética, al tiempo que desincentivan las actividades que perpetúan la emisión de contaminantes.

Los países de la región tienen una oportunidad única de liderar la transición global hacia la sostenibilidad, lo que implicará transformaciones nacionales y apoyo internacional. Por ello, el nuevo objetivo colectivo cuantificable de financiamiento es crítico para apoyar el aumento de la ambición de acciones climáticas, tanto de mitigación como de adaptación. Para la región es urgente que se apruebe este nuevo objetivo en la COP 29 y seguir impulsando las transformaciones necesarias a nivel nacional. No hay tiempo que perder. Sin meta no hay planeta.

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Los ahorros de los bolivianos podrían estar financiando la deforestación

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Un estudio revela que el 10,8% de las inversiones de los fondos de pensiones -2.500 millones de dólares- respaldan al sector de la soja, del azúcar y el ganadero a través de préstamos a bajo interés

Bogotá.-Cuando habla de deforestación en Bolivia, Matthew Hansen, científico y docente especializado en el mapeo del cambio de cobertura terrestre, define al país como “el lejano oeste” y los datos lo corroboran. Desde 2001 hasta 2022, Bolivia perdió 3,73 millones de hectáreas de bosque primario húmedo, lo que representa 51% de su pérdida total de cobertura arbórea. A pesar de que es uno de los países con mayor superficie de bosques primarios, también es el tercero de la región que más rápido la está perdiendo. Desde la pandemia, cada año ha ido rompiendo el lamentable récord del desmantelamiento. Y sólo en 2023, el país había perdido un 27% más de bosque que en 2022. La creciente presencia ganadera, los monocultivos y las políticas del Gobierno parecen subrayar lo que para muchos es ya una realidad: la deforestación vino para quedarse. Con todas estas cifras en mente, Stasiek Czaplicki Cabezas, periodista de datos y economista ambiental, se hizo una pregunta: ¿Quién financia esta devastación ambiental? Tres años de investigación después revelaron una parte de la respuesta: los ahorros de los bolivianos.

“Si América Latina fuera un salón de clase, los peores alumnos serían Bolivia y Brasil, la diferencia es que Brasil sí tiene políticas públicas. En Bolivia, el Gobierno está aprobando medidas que apoyan el sector agropecuario”, explica Czaplicki, el autor del estudio Las finanzas grises del agronegocio en Bolivia y su rol en la deforestación, realizado en colaboración con Alianza por la Solidaridad / Actionaid Bolivia y publicado a finales de agosto. Este informe revela que el 10,8% de las inversiones de los fondos de pensiones bolivianos, una suma de 2.569 millones de dólares, están financiando los sectores de la soja, el azúcar y la ganadería, los principales responsables de la deforestación en el país. Este monto equivale a casi el triple de la inversión realizada en 2024 a las universidades públicas del país.

Esta cifra, según cuenta el autor, es el resultado de una compleja red de inversiones directas e indirectas a través de la banca y fondos de inversión cerrados (FICs) que terminan financiando los principales sectores que generan la destrucción ecosistémica. “Estos préstamos que les dan no consideran el destino de esos fondos y sus implicaciones socio-ecológicas”, lamenta por teléfono.

Hace años que a Czaplicki le llamaban la atención las supuestas crisis del sector de la soja, así que decidió hacerle seguimiento a esas cuentas. “Hice lo que se conoce como ‘follow de money’ (seguir el dinero). Empecé a encontrar cosas sospechosas, pagos de impuestos muy bajos, utilidades casi inexistentes… ¿Entonces dónde está el negocio?”, se preguntó. “Me di cuenta de que hay dos mecanismos para hacer dinero en el agronegocio. El primero es la especulación comercial de la tierra en la que desmontas el terreno y lo revendes, pero no es tan común. Y la segunda, la especulación financiera. Tener tierras activas para conseguir préstamos. De ahí sale la principal ganancia del agro en Bolivia”.

En la última década, la participación de estos préstamos en la cartera bancaria nacional ha escalado del 11,7% al 18,2%, en un contexto donde el volumen total de créditos se ha cuadruplicado. Paralelamente, los fondos de pensiones han experimentado un crecimiento similar, con la obligación de invertir mayoritariamente en el sector formal boliviano, que representa apenas el 18% de la economía del país. “En otras palabras, a medida que los créditos bancarios e inversiones de los fondos de pensiones aumentaron, también creció la proporción y el volumen destinado al agronegocio”, dice.

Hay tres cosas que le preocupan seriamente al respecto. “Por un lado, lo ético. Ya que los fondos de pensión, siendo ahorros para el futuro, están siendo usados para destrozar los ecosistemas del futuro. Después, está el ámbito económico porque promueven la inequidad. Y por último, es que los fondos de pensiones sirven para alimentar la banca y el sector. Lo peor es que la gente ni lo imagina”, reconoce. De acuerdo con encuestas de WWF que coordinó el autor del estudio, entre el 45 y 55% de la poblacion entre los 18 y los 45 años de La Paz y Santa Cruz no concibe que la ganadería pueda generar deforestación.

Para Czaplicki, economista ambiental, otro de los puntos clave de la investigación es la concentración del capital. En el sector soyero, por ejemplo, sólo ocho empresas reciben el 63% de los créditos bancarios, mayoritariamente en pesos bolivianos y a tasas de interés anual máximas de 6% y, en general, mucho menores. “Esta concentración genera un endeudamiento cuestionable e incrementa el riesgo del sistema bancario y de nuestras pensiones”, critica.

Pese a estas facilidades de financiación, estos sectores son intervenidos y apoyados a menudo, según el estudio. El ejemplo más reciente fue la creación de un fondo público de unos 300 millones de dólares de apoyo a los productores de soja y palma a un 0,5% de interés anual. “Estas condiciones en comparación con las de los préstamos sociales son muy diferentes. Para la vivienda social, el interés anual está entre el 5,5 y el 6,5%”.

La deforestación no la generan (sólo) los incendios

El experto lamenta que siga existiendo una fuerte estigmatización alrededor de las comunidades indígenas y campesinas vinculada a la deforestación. Estas comunidades suelen usar quemas controladas para sus cosechas. Si bien algunas de ellas se han descontrolado y han causado daños en los ecosistemas, al ser estos muy visibles, la percepción boliviana es que son los principales responsables del desmantelamiento. Sin embargo, el 88% de la conversión de bosques es producto de una deforestación planificada y ejecutada, en gran medida, con maquinaria pesada, sin incendios.

Es por ello que el economista cree que hay que informar más y mejor a la población. “Como sociedad tenemos que exigir una mayor transparencia y empujar la desinversión de actividades de sectores extractivos de las pensiones”, dice. “El problema es que no hay muchos otros sectores donde invertir, tenemos que replantear el presente y el futuro. Estamos hipotecando nuestro futuro y el de las generaciones venideras”.

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Análisis Noticiosos

México con crédito por 35.000 millones de dólares con FMI.

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Las autoridades mexicanas reconocen que han ratificado esta herramienta de financiamiento en un entorno de incertidumbre e inestabilidad de los mercados financieros

México .-El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ratificado su línea de crédito flexible a México por 35.000 millones de dólares. El financiamiento, a dos años, fue otorgado al país en 2023 y, ahora, es su evaluación a medio término, el organismo multilateral ha resaltado que el país mantiene los requisitos necesarios para acceder, en caso de que lo requiera a este fondeo. Las autoridades mexicanas han explicado que ante un entorno de riesgos externos y volatilidad han decidido mantener esta herramienta de financiamiento activa. “El entorno externo sigue presentando incertidumbre y riesgos. Entre ellos destacan los derivados de la dinámica de la economía global y de la volatilidad en los mercados financieros. Esta medida refuerza la posición del país frente a escenarios de volatilidad internacional”, indicaron por escrito. La Línea de Crédito Flexible es un instrumento disponible a algunos países del mundo que les permite fortalecer sus reservas y atender choques inesperados.

La Comisión de Cambios, integrada por el Banco de México y la Secretaría de Hacienda, han informado este viernes que México continúa cumpliendo con todos los criterios de habilitación necesarios para acceder a los recursos disponibles a través de este instrumento, en caso de requerirlo y sin condicionalidad por parte del FMI. “Las autoridades refrendan su compromiso con políticas macroeconómicas prudentes que contribuyan a la estabilidad financiera y al crecimiento económico sostenible e incluyente”, añaden.

El organismo admite que México tiene un historial sostenido en la implementación de políticas macroeconómicas sólidas y sigue contando con fundamentos económicos y marcos de política institucional muy fuertes; un nivel de reservas internacionales adecuado; un historial de acceso a los mercados de capitales en condiciones favorables y finanzas públicas sanas. Además, de un marco de política monetaria y cambiario sólido y un sistema financiero bien capitalizado que se mantiene sólido frente a los riesgos sistémicos del sector financiero.

Entre los riesgos y desafíos, el FMI, advierte de que se espera que el crecimiento económico del país se modere aún más en 2025, debido a la retirada del estímulo fiscal de este año y a la continua restricción monetaria. Se necesita una consolidación fiscal anticipada, respaldada por medidas creíbles y bien identificadas, para reducir la deuda pública a lo largo del tiempo y proporcionar un margen de maniobra en caso de shocks negativos. “Existe una necesidad crítica de fortalecer la gobernanza, combatir la corrupción y el delito, mejorar la infraestructura física y movilizar el ahorro privado para financiar inversiones privadas”, sugiere.

El monto del financiamiento renovado en esta ocasión es igual al de 2023, sin embargo, desde 2018, México ha venido reduciendo la línea de crédito con el FMI. En 2018, México decidió recortar la línea de 88.000 millones de dólares a 74.000 millones de dólares. Esta línea de crédito internacional es un instrumento de carácter precautorio frente a condiciones externas adversas que refuerza la reserva de activos internacionales y complementa las herramientas de las autoridades mexicanas para preservar la estabilidad económica y financiera.

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