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LOS ÁNGELES. Desde su arribo a Los Ángeles para vestir la playera albiazul de los Dodgers de Los Ángeles, Hanley Ramírez ha demostrado ser el arma que el equipo necesitaba en la alineación.
Sin embargo, el pelotero no siempre fue una estrella y debió batallar para alcanzar el lugar en el que hoy está.
El dominicano cuenta que adoptó la pelota a los cuatro años y mencionó un espejo en particular.
“Ozzie Smith era uno [de sus ídolos]”, recordó. “Tenía varios jugadores que siempre seguía desde Dominicana”.
Su afición por el deporte fue algo que estuvo presente desde que tiene uso de razón.
“Yo nací con el sueño de jugar béisbol”, explica. “Lo saqué en la sangre y siempre me gustó”.
El tan esperado momento de la firma llegó con el nuevo milenio, concretando su arribo al sistema de granja de los Medias Rojas de Boston en el 2000. Ramírez recuerda dicho momento con felicidad.
“Para mi mamá fue bueno”, se sincera. “Tuve chance de regalarle su casa y gracias a Dios darles a mis padres el techo que se merecían”.
No fue hasta cumplir los 18 que el torpedero empezó a ver que su meta podría convertirse en realidad.
“Fue en mi primer año en Dominicana en el 2001”, apuntó.
“Pero eso estaba muy lejos igual. Uno tenía que ir pensando liga por liga. Era venir aquí [a Estados Unidos], luego en Clase A, Doble A y así sin pensar tanto para adelante”.
Antes de hacer su debut ligamayorista en septiembre de 2005, el de Samaná tuvo que escalar los distintos niveles de las menores y recuerda cuales fueron las claves para lograr su objetivo.
“Uno pasa por muchas cosas en la vida”, indicó.
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Versátil
El pelotero, que se desenvuelve efectivamente tanto en el campo corto como en la antesala, se convirtió en estrella con los Marlins de Miami antes de ser adquirido por la franquicia californiana a finales de julio de este año. En el traspaso, los Dodgers entregaron a cambio al lanzador derecho Nathan Eovaldi y el toletero ha pagado con creces la confianza depositada en él. HOY