Santo Domingo, R.D.-El administrador general de la Lotería Nacional Dominicana, Teófilo Quico Tabar, dijo hoy que ese organismo necesita que se les otorgue facultades para poder aplicar sanciones por vía administrativa, aunque de manera provisional, al sector de bancas de apuestas y loterías electrónicas.
Durante el 142 aniversario de la institución, Tabar dijo que “lamentablemente hay asesores y funcionarios a los que les preocupan más el denominado cumplimiento del debido proceso, que las faltas graves, incumplimientos e ilegalidades que se cometen en dicho sector en perjuicio del Estado y de ellos mismos.
Explicó que esa institución perdió la facultad de fiscalizar las bancas de apuestas, debido a que esas atribuciones les fueron transferidas a otros organismos del gobierno.
Tabar dijo que el Consejo Consultivo elaboró un proyecto de ley recomendando devolver las facultades a la Lotería Nacional o crear la Dirección General de Juegos de Azar y Lotería Nacional, hay un proyecto en etapa final que concentrará en una sola entidad los juegos de azar en la República Dominicana y un Proceso de Regularización, creado mediante decreto.
Ese proceso, dijo, ha tenido un éxito inesperado, “incluso para funcionarios escépticos del gobierno”, pero no ha culminado por razones ajenas a su voluntad.
Tabar indicó que él se encuentra en un proceso en reflexión sobre el papel que desempeña en el mundo del juego, del que no pierde oportunidad para decir que no le agrada, “como mucho menos me agradan algunos procedimientos arrastrados del pasado”.
Explicó que le resulta cuesta arriba entender la necesidad de darle vueltas innecesarias a procesos que no hacen otra cosa que complicar y dar pie a la confusión y los malos pensamientos y, “lamentablemente forman parte de una tradición arrastrada y enquistada en la burocracia, que a mi criterio no han dado buenos resultaros y me resisto frente a ellas”.
Dijo que no sabe si manteniendo esa actitud de resistencia, de alguna manera se convierte en obstáculo para el desarrollo de este proceso, “pero créanme, que no tengo tiempo ni voluntad para cambiar mi forma de ser”.