Los Asuntos con raíces culturales no son tan fáciles de borrar de la conducta de quienes son impactados por ellos, porque el inconsciente de su gente está programado para actuar de esa manera.
La informalidad es una parte fundamental de la vida de los países pobres y subdesarrollados, porque amplios sectores de la sociedad tienen que reinventarse cada día para poder sobrevivir.
Este fenómeno, no exclusivo de los que están en la parte más baja de la pirámide social, sino que también impacta a los que están en la parte más alta de la misma, es decir, que ambos son víctimas de una cuestión con implicaciones profundamente culturales.
Tanto es así que el Estado no hace nada para ayudar a combatir el problema y en cambio promueve este fenómeno social, cultural y económico.
Nadie puede poner en duda que los logros del país en algunos renglones de la economía, como el turismo, las zonas francas y las remesas, no obedece a una política pública bien planificada y formal, sino que tiene mucho de informalidad y de improvisación, pero cuestiones que proporciona la naturaleza ha ayudado bastante
Sin embargo, es muy válido el esfuerzo que se hace internacionalmente en esta materia, pero en opinión de La República debe hacerse sobre la base de un plan que involucre a los Estados.
Para sólo mencionar un aspecto, se debe decir que se pasa de la informalidad a la formalidad en términos de inversión extranjera con una suficiente seguridad jurídica y con la existencia de mano de obra, acompañada del restablecimiento de la cultura del trabajo y de exportación, para que el capital invertido regrese con facilidad al que lo ha puesto confiado en reproducirlo.
De esa manera, los resultados podrían caminar a una mayor velocidad, aunque de cualquier modo se necesita de un plan muy bien concebido para que a largo plazo haya resultados de grandes avances, sobre todo en materia de educación.
La informalidad está asociada a la pobreza y al subdesarrollo, pero debe existir la seguridad de que si se combate con las herramientas que recomiendan las ciencias sociales muy probablemente serán muchas las naciones que transitarán del tercer al segundo o al primer mundo.
La informalidad obstaculiza el acceso al crédito en el sector comercial y empresarial y es motivo de grandes enemistades, rupturas económicas y de otras índoles.
Hay ejemplos en el mundo de que esos paradigmas pueden ser cambiados con esfuerzos privados y públicos, así que manos a la obra, porque mucho que lo necesita la República Dominicana.