Santo Domingo.-Decía el famoso cantor de tango Carlos Gardel que 20 años no son nada, pero los recuerdos de la ocupación del principal diario de la República Dominicana marcan una fecha inolvidable para el pueblo dominicano, no solo por lo ocurrido con un medio de comunicación, sino también porque miles de millones de pesos fueron usados para fines realmente condenables.
El 15 de mayo del 2003, el gobierno del presidente Hipólito Mejía ocupó Listín Diario y otras empresas propiedad de la familia Báez Romano – Figueroa, ya que supuestamente fueron adquiridos con recursos del patrimonio público.
El control de los medios fue asumido por el Banco Central, que designó como administrador a Juan Arturo Estévez.
Los medios ocupados, además de Listín Diario, fueron Ultima Hora, El Expreso, el Financiero, RNN, canal 27 y otros.
Los directores de esos medios de comunicación renunciaron y rechazaron la acción, que consideraron violatoria al derecho a la libertad de prensa en la República Dominicana.
Miguel Franjul, director de Listín Diario, fue destituido por la autoridad monetaria de la época y en solidaridad renunciaron Osvaldo Santana, de Última Hora; Ruddy González, de El Expreso y Virgilio Alcántara, El Financiero.
Una publicación de la época, firmada por la periodista Wendy Santana, indica que “ayudantes fiscales, acompañados de contingentes miliares, ocuparon simultáneamente las instalaciones de cuatro periódicos, cinco canales de televisión y 92 emisoras, cerca del mediodía, lo que motivó la renuncia de varios ejecutivos”.
La ocupación se hizo en base a un auto de la fiscalía del Distrito Nacional, que disponía la incautación e inmovilización provisional de los bienes y activos del Banco Intercontinental (Baninter), propiedad de Ramón Báez Figueroa, que fue objeto de un sometimiento judicial por lavado de activos.
El auto fue firmado por el entonces fiscal del Distrito Nacional, Máximo Aristy Caraballo y su ayudante, George Alberto Henríquez.
Un año y cuatro meses después, en virtud de sentencia de la Suprema Corte de Justicia se devolvió el diario a la propiedad de la familia Báez y Miguel Franjul fue restituido en su posición de director.