La política ha exacerbado la ineficacia del sector eléctrico debido al clientelismo, la falta de transparencia, de comunicación, nombramientos políticos y desvío de recursos.
Así se establece en el informe “Mejoramiento de la calidad del gasto público”, elaborado por el Banco Mundial y el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (Mepyd).
Indica que los problemas se han agravado por la limitación de las oportunidades de actores externos; la facilidad con la que los nombramientos políticos interfieren en el sector eléctrico y la ligereza relativa con que los contratos, empleos o recursos financieros de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) pueden desviarse hacia otros usos.
Establece que no se realizan audiencias públicas antes de adoptar decisiones en materia de regulación y no existen procesos participativos para aportar a la labor de las instituciones de la gestión o formulación de políticas públicas.
“Durante los últimos 10 años, las decisiones de inversión se han tomado a través de negociaciones bilaterales entre la CDEEE y los posibles inversionistas, de una manera poco transparente. En consecuencia, la gestión y las decisiones se basan en consideraciones políticas antes que económicas”, expresa el informe.
Clientelismo. Refiere que debido al clientelismo las medidas se han concentrado en el área ejecutiva y las decisiones e inversiones se determinan en gran medida antes de los procesos electorales, lo que minimiza el costo político y maximiza los beneficios a corto plazo (por ejemplo, la postergación de los aumentos de las tarifas o incremento de la oferta de energía).
Indica que esta combinación de factores económicos y políticos ha generado un “equilibrio inverso”, es decir, las graves deficiencias en la generación de ingresos provenientes de la venta de electricidad a los usuarios finales, combinadas con la grave ineficiencia de las entidades del sector, han restringido considerablemente la autosuficiencia financiera del sector.
Estas medidas han distorsionado y perjudicado la inversión privada e incrementado la intervención directa del Estado, lo cual ha repercutido en los problemas de gobernanza, gestión y generación de ingresos.
El informe apunta, por otro lado, que las iniciativas de reforma que se intentaron en el pasado se vieron obstaculizadas porque muchas de las medidas necesarias, como reajustar las tarifas, tenían un alto costo político.
Tampoco existía una buena estrategia de comunicación para educar a las entidades públicas y a los consumidores acerca de la necesidad de la reforma y generar el apoyo requerido entre las principales partes interesadas.
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Medidas positivas
El informe elogia las últimas medidas del Gobierno que afectan al sector eléctrico hace décadas, como son reajustes de tarifas; eliminación del Programa de Reducción de Apagones (de cuyos beneficiarios solo 44% eran pobres).
Otras buenas medidas
Creación del programa Bonoluz, que beneficia a los pobres; nombramiento nuevas autoridades y reemplazo de equipos de gestión de compañías de distribución por profesionales e implementación de medidas a favor de la transparencia y reducción de costos.