Con la mejora en su calificación de riesgo, el país fortalece su economía y atrae mayor inversión extranjera directa.
Desde que República Dominicana adoptó en 2012 una estrategia de política monetaria basada en metas de inflación, la economía ha mostrado un crecimiento anual promedio del 5.0 % y ha mantenido la inflación en torno al 4.0 %, la meta establecida.
El Banco Central de la República Dominicana, en un artículo publicado en su sección Página Abierta, indica que este desempeño económico, junto con sólidos fundamentos macroeconómicos y estabilidad social y política, ha incrementado la confianza de los inversionistas en el país.
Según el análisis del organismo, como resultado, se ha observado una disminución sostenida del riesgo país y un aumento de la inversión extranjera directa. En este contexto, se ha planteado la posibilidad de que la deuda soberana dominicana alcance una calificación de grado de inversión.
Explica que alcanzar una calificación de grado de inversión permitiría al país acceder a financiamiento internacional en mejores condiciones y a menores costos, facilitando el manejo de las finanzas públicas y mejorando la sostenibilidad de la deuda. Desde esta óptica, si el país continúa con la tendencia observada en los últimos años y avanza en reformas pendientes y en el fortalecimiento institucional, República Dominicana podría escalar en su camino hacia el grado de inversión.
En las recientes evaluaciones de riesgo, las calificadoras han mostrado una mejora en su percepción de la deuda soberana dominicana. A finales de 2022, Standard & Poor’s otorgó una calificación BB con perspectiva estable a la deuda del país, situándola a sólo dos niveles del grado de inversión. Esta fue la primera revisión de la calificadora en siete años y posicionó a la deuda dominicana en el nivel de riesgo más bajo de su historia. Posteriormente, en 2023, Moody’s mejoró la perspectiva de la deuda de estable a positiva, destacando los avances en el manejo económico del país y en indicadores clave como las reservas internacionales, la inflación y las expectativas de crecimiento.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), en un artículo de su blog institucional, señaló que una reforma fiscal integral que aumente los ingresos tributarios, establezca límites sobre la deuda pública a largo plazo y aborde las ineficiencias del sector eléctrico, ayudaría a República Dominicana a alcanzar el grado de inversión. En la misma línea, un informe de JP Morgan del pasado julio destacó que, además de la reforma fiscal y la reducción de pérdidas eléctricas, una reforma que fortalezca la institucionalidad y la gobernanza sería crucial para lograr esa meta.
Estos avances han llevado a una mejora en el índice de bonos de mercados emergentes de JP Morgan (EMBI) para República Dominicana. Este índice, que mide el diferencial de tasas entre los bonos soberanos dominicanos y los bonos del Tesoro de Estados Unidos de igual duración, ha sido más bajo en el último año en comparación con países como México, Panamá y Colombia, que ya tienen grado de inversión con al menos una calificadora.
Esto sugiere que los inversionistas perciben el crédito del país como menos riesgoso que el de algunas naciones con grado de inversión, reflejando una discrepancia entre las calificaciones crediticias y las percepciones del mercado.
El EMBI, o Emerging Markets Bond Index (Índice de Bonos de Mercados Emergentes), es un índice elaborado por JP Morgan que mide el rendimiento de los bonos soberanos emitidos por países de mercados emergentes en comparación con los bonos del Tesoro de Estados Unidos, que se consideran libres de riesgo.
En el caso del EMBI de República Dominicana, se ha visto influenciado tanto por factores domésticos como por condiciones financieras internacionales. Estudios han mostrado que más de la mitad de las variaciones en el EMBI se atribuyen a pronósticos de variables como la tasa de política monetaria de Estados Unidos y la volatilidad de los mercados financieros.
Sin embargo, un 46 % de los cambios se explica por los fundamentos macroeconómicos del país. A pesar de las expectativas de aumento en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, el EMBI dominicano ha mantenido una tendencia a la baja, lo que demuestra la efectividad de las políticas económicas implementadas en los últimos años.
Reservas, inversión extranjera
El desempeño económico de República Dominicana también se refleja en la acumulación de reservas internacionales, que han mostrado una tendencia creciente desde la crisis financiera de 2003-2004. Al cierre de 2023, las reservas internacionales brutas alcanzaron el 13.0 % del PIB, comparado con el 1.3 % en 2003. Además, la inversión extranjera directa ha mantenido un flujo constante, incluso durante la pandemia, alcanzando US$4,390 millones en 2023 y proyectándose más de US$4,500 millones para el cierre de 2024.
El análisis de la solvencia soberana de República Dominicana por parte de S&P Global Ratings se basa en seis factores de riesgo, destacando la tendencia de crecimiento del PIB per cápita del país, que ha superado los US$11,360 en los últimos veinte años, por encima del promedio de América Latina. Otros factores positivos incluyen las evaluaciones monetaria, externa e institucional, resaltando los avances en transparencia y manejo de las finanzas públicas, así como una mejor coordinación entre las políticas monetaria y fiscal.
En Página Abierta se asegura que República Dominicana tiene el potencial de alcanzar el grado de inversión a mediano plazo, dadas sus políticas macroeconómicas sólidas y su estabilidad política y social.