Aunque ciertamente las elecciones de los Estados Unidos no constituyen un asunto de fondo, porque ya lo ha dicho este periódico, porque ambos candidatos representan prácticamente lo mismo en política exterior, aunque sí hay una cierta diferencia en asuntos internos como la inmigración.
Sin embargo, hay que ser realista y reconocer que no es lo mismo Trump que Harris, porque el primero tiene una posición ultraconservadora y de maltrato a los que provienen en los Estados Unidos de naciones pobres y subdesarrolladas.
Y eso visto desde los intereses de la región implica mucho, porque no hay quien se atreva a decir que la inmigración no ha sido una válvula de escape de la crisis eterna de las naciones del tercer mundo, máxime en su economía que se maneja en medio de grandes déficits fiscales y deudas, cuya principal tabla de salvación es precisamente la remesa que procede de su gente en el exterior.
Entonces, a partir de cómo impactan las elecciones estos temas, tiene una importancia capital las elecciones que hoy tienen lugar en la principal potencia del mundo.
Buscar eliminar la inmigración de la gente de Latinoamérica hacia los Estados Unidos representa una fórmula de agudizar sus crisis, incluida la política.
Pero además el hecho de que uno de los posibles triunfadores de los dos que participan en la contienda indica que muchos ejemplos, buenos y malos, serán asimilados por la cultura de los pueblos que son dependientes de la potencia del norte.
De manera, que de alguna manera la suerte de los países latinoamericanos también está echada en estas elecciones que se celebran este martes en toda la unión americana.
Ahora sólo falta ver como, por ejemplo, asumen los comicios los millones de latinoamericanos, incluidos casi dos millones de dominicanos que hacen vida en los Estados Unidos.
Cualquier decisión que tomen en torno a la elección presidencial es legitima en atención a sus derechos ciudadanos, pero la misma tiene una repercusión en su familia y en sus países de origen.
De manera, que nadie ponga en tela de juicio la cuestión, que su voto tiene un impacto no sólo en sus convicciones políticas o de simpatía, sino también en la vida y el futuro de sus familias en los países de donde provienen.