Santo Domingo, R.D.-Chicago podría estar al borde de una reconciliación histórica con una de sus leyendas más grandes, el dominicano Sammy Sosa, quien ha sido uno de los jugadores más populares en la historia de los cachorros.
Junto con Michael Jordan, Sosa fue considerado en un momento como uno de los “dioses” del deporte en la ciudad de los vientos, pero su vínculo con Chicago y los Cubs se rompió abruptamente hace casi 20 años.
La polémica surgió en 2004, cuando Sosa estuvo implicado en escándalos de esteroides, lo que marcó una ruptura que pareció irreparable: ni el equipo ni el jugador buscaron acercarse en las dos décadas posteriores.
Pero, afortunadamente y cómo diría la icónica salsa de Héctor Lavoe: “todo tiene su final, nada dura para siempre”.
Este jueves, el exjugador publicó un comunicado oficial en sus redes sociales donde reconoció sus errores del pasado y ofreció disculpas:
“Hubo momentos en los que hice todo lo posible para recuperarme de las lesiones en un esfuerzo por mantener mi fuerza para jugar más de 162 juegos. Nunca rompí ninguna ley, pero en retrospectiva, cometí errores y me disculpo”, dice el extoletero.
La disculpa de Sammy también se extendió a los fanáticos de la ciudad de Chicago, a quienes catalogó como los mejores del mundo.
“Logramos grandes cosas como equipo, y trabajé muy duro en la jaula de bateo para convertirme en un gran bateador. Los fanáticos de los Cubs son los mejores del mundo, y espero que podamos reunirnos de nuevo y seguir adelante”, añade el dominicano.
Los Cubs responden
Por su parte, los Cubs respondieron positivamente, aceptando las disculpas de Sosa y revelando que planean invitar al dominicano a eventos oficiales en 2025.
“Agradecemos a Sammy la publicación de su declaración y por ponerse en contacto. Nadie jugó más duro o quería ganar más. Es quedarse corto decir que Sammy es el favorito de los fans. Planeamos invitarlo al 2025”, dijeron los Cachorros.
La noticia ha generado expectativa en los aficionados, quienes ven esto como una oportunidad de cerrar un capítulo pendiente en la historia del equipo y de Chicago como ciudad deportiva.