El bajo rendimiento del Licey comienza a preocupar a jugadores, ejecutivos y al público.
SANTO DOMINGO. Antes de cada partido en el estadio Quisqueya, las lámparas de la torres de iluminación son encendidas a las seis de la tarde y apagadas entre 45 minutos y una hora después de concluir los encuentros.
Esa operación puede que se realice por última vez en el actual torneo el 21 de diciembre próximo, cuando Leones y Tigres se midan en el choque de cierre de la serie regular.
Así, el principal escenario del campeonato quedaría sin béisbol en la etapa semifinal por primera vez en la historia de torneo, que data de 1951.
Al entrar a la jornada de anoche, los dos equipos capitaleños habían disputado el 36% (Escogido) y 32% (Licey) de sus calendarios, pero ocupaban las dos últimas posiciones en el cuadro de clasificación, fuera de la etapa de semifondo o round robin.
Los azules iniciaron el día en medio de una racha de cuatro derrotas con marca de 5-11, en el sótano, a cinco partidos del primer lugar y cuatro y medio del clasificatorio cuarto puesto. Los rojos entran a la jornada de hoy con 7-11, a cuatro juegos del primero y tres y medio del cuarto.
Siempre en playoffs
Entre el campeonato de 1951 y el de 1982-83, los cuatro equipos que jugaron (Licey, Águilas, Escogido y Estrellas) disputaban un calendario, el que llegaba en primer lugar avanzaba de forma directa a la final, mientras que los ocupantes del segundo y tercer puesto se enfrentaban en una semifinal, con el cuarto quedando eliminado.
Con la llegada de los Caimanes del Sur y los Azucareros (hoy Toros) del Este en la edición 1983-84 el formato cambió. Los ocupantes de los cuatro primeros lugares disputaban semifinales para escoger el finalista, mientras que el quinto y sexto quedaban fuera.
A partir de la campaña 1986-87 comienza a aplicarse el sistema round robin para la etapa semifinal. Desde que se instauró el formato de todos contra todos para determinar los finalista del campeonato al menos uno de los inquilinos del Quisqueya ha estado presente.
De hecho, la Capital no ha acogido partidos de la serie final sólo en seis de las 58 series finales que se han disputado.
Olla de presión
Cada fanático tiene una tesis y culpables que señalar. Además de las esquinas, calles y áreas de trabajo, los programas interactivos radiales y televisivos, las redes sociales y los foros debajo de las noticias en los medios digitales son en estos días el escenario de desahogo de seguidores felinos.
Las cabezas de los dirigentes Dean Treanor (Licey) y Ken Oberkfell (Escogido) ya han sido ordenadas más de una vez por el público.
De no haber un cambio radical en los próximos días, la presión será demasiado grande para los gerentes, por lo que la ley no escrita del béisbol (no se puede sustituir un equipo completo) podría aplicarse a uno o a los dos.
Los Leones ya vivieron una situación similar la temporada pasada, cuando el 20 de noviembre despidieron al dirigente Tony DeFrancesco, el equipo con foja de 13-14, en medio de una corrida de 6-13.
La llegada de Oberkfell, además de una serie de movimientos que hizo la oficina, llevó oxígeno y el equipo terminó alzando la corona.
En el caso del Licey, desde que Rafael Landestoy dirigiera la campaña completa 2006-2007, ningún estratega que ha iniciado en el banquillo ha terminado una campaña.
Diario Libre