Pedro Castillo acudió ayer al tribunal de San Cristóbal donde se conoce su solicitud de prisión domiciliaria por seis meses. (Carlos Mejía)
A pesar de que el procurador, Francisco Domínguez Brito, anunció con bombos y platillos la eliminación de los privilegios en las cárceles, la práctica sigue en Najayo.
Al menos así consta en el acta de inspección que levantó el juez del Tribunal para la Ejecución de la Pena de San Cristóbal, Bayoan Rodríguez Portalatín, en la celda de Pedro Castillo, condenado a 10 años de prisión por desfalco al Banco del Progreso. Según el acta, levantada el pasado 28 de diciembre, la celda del recluso es un cuarto compuesto por una sala, un dormitorio y un baño.
En la sala tiene un sillón, tres mesas, una meseta con fregadero, despensas arriba y abajo, una nevera con freezer, un microondas, una computadora laptop, un aire acondicionado, un deshumidificador, cuatro sillas plásticas, una silla de hierro, un radio, un nebulizador, un inversor, un bebedero, dos lámparas, un módem para Internet y un aparato de teléfono. En el dormitorio tiene una cama full, un aire acondicionado, dos mesas de noche, una lámpara, un nebulizador, un ionizador de aire, un televisor plasma, un reproductor de DVD y muebles con gavetas. El baño consta de una bañera en condiciones limpias, un inodoro y un ionizador de aire.
La orden que dio el Procurador al director de Prisiones, mayor general Tomás Holguín la Paz, para que termine los privilegios no se ha cumplido, a pesar de que el 28 de septiembre, cuando Domínguez Brito hizo pública la decisión, afirmó que lo más vergonzoso de los privilegios carcelarios es que benefician a quienes cumplen prisión por delitos graves por los que se han hecho poseedores de grandes fortunas.
Castillo ha salido 83 veces del penal
Castillo solicitó que se le varíe la prisión carcelaria por la domiciliaria por un periodo de seis meses, según sus alegatos porque debido a la humedad y hongos que hay en su celda, una bacteria se le alojó en los pulmones, situación que ha complicado sus quebrantos de hipertensión y asma. Durante la inspección a su celda, Castillo se quejó de que no está apta para preservar su salud debido a que cuando llueve en el baño caen 152 goteras que él ha contado.
En la audiencia de ayer para conocer el caso, el magistrado se reservó el fallo de esa solicitud, a la que se opone el Ministerio Público, para el 23 de este mes. Francisco Álvarez, abogado del Banco del Progreso, afirmó que en los tres años que lleva Castillo preso ha salido 83 veces del penal supuestamente para chequeos médicos en clínicas como la Abel González, Corazones Unidos, Cedimat y la Plaza de la Salud.
“Trabajamos a mano pelada”
El auxiliar de enfermería de Najayo le confesó al juez Rodríguez Portalatín que trabajan a “manos peladas”. Miguel Álvarez reveló que no cuentan con aparatos para medir la presión ni para hacer electrocardiograma en ese centro. Debido a esas precariedades, Castillo le aclaró al juez que solo ha llegado hasta la puerta del dispensario del penal de Najayo porque además carece de aparatos para entubar y oxígeno.
Álvarez afirmó que el dinero para suplir algunas de las necesidades del centro lo aportan los médicos o el alcaide, Faustino Pulinario, y que en la mayoría de los casos no hay ni jeringas.
El auxiliar de enfermería también reveló que en el penal se habilitó un área especial porque han tenido dos casos de cólera.
Camión de la basura es ambulancia de Najayo
Aunque no es el caso de Castillo, quien según fotos a las que tuvo acceso elCaribe, se traslada a los centros de salud en una yipeta, los presos que se enferman en la cárcel de Najayo son transportados en el camión de la basura debido a que la ambulancia de que dispone el centro está dañada desde hace más de un año. Según las declaraciones que le dio el auxiliar de enfermería del penal, Miguel Álvarez a Rodríguez Portalatín, días antes al 28 de diciembre o, murió un interno en el penal que padecía sífiles, sida y tuberculosis debido a que no había médicos para asistirlo y el camión de la basura usado como ambulancia también se dañó.
En el acta del levantamiento, el interno Pedro Castillo le afirma al magistrado que él contribuyó con el penal tanto para la ambulancia como para el camión de la basura. “La ambulancia que contribuimos se la llevaron para arreglarla y todavía no se ha podido, el camión que contribuimos también está todavía dañado”, le explicó Castillo a Rodríguez Portalatín. Según declaró el auxiliar de enfermería al magistrado, Castillo también fue quien donó el único nebulizador que tiene Najayo.
El Caribe