Erasmo Chalas Tejeda
MANHATTAN, NEW YORK.- La política es una ciencia bonita, apasionante, divertida y que le da muchos conocimientos a quienes la ejercemos. Pero no todos los que militamos en una organización de este tipo tenemos la oportunidad de conocer de cerca a sus líderes, más bien nos hacemos una idea más o menos superficial al verlos en los periódicos, canales de televisión o escucharlos en la radio, pero en verdad se llega a tener un conocimiento mas acabado cuando se tiene la oportunidad de escalar a los Comités Municipales, Distritales Provinciales y al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) como ha sido mi caso. Puedo confesar que después de mi llegada a este alto organismo partidario me he rosado con figuras políticas importantes de mi organización, excepto con nuestro líder a quien me acerque varias veces aquí en los Estados Unidos en mi condición de dirigente de la Seccional de Nueva Inglaterra. Entre esas personas que he conocido cara a cara puedo citar al ingeniero agrónomo Rafael Hipólito Mejía Domínguez, al que conocí por primera vez en la residencia en Boston del amigo y compañero Ramón Pereyra Gil, a la doctora Milagros Ortiz Bosch, ingeniero Julio Marínez Rosario, mi compueblano, al licenciado Glovis Reyes Aglón, ex diputado por mi Baní natal, licenciado Fernando Durán, el finado agrónomo Pablo Mercedes, a los compueblanos ingeniero Vicente Castillo Peña y Abigail Soto, cuando aún pertenecía al partido, a Peggy Cabral viuda de Peña Gómez, doctor Winston Arnaud, Hijo, ingeniero físico Antonio Almonte (Toñito), doctor Amaury Justo Duarte, doctor Virgilio Bello Rosa, ingeniero Miguel Vargas Maldonado, entre otros, porque si los mencionó a todos no me alcanzaría este espacio. Todos ellos tienen, como seres humanos, virtudes y defectos. Ahora deseo referirme a dos ellos, cuya principalía me obliga a escogerlos para establecer notables cualidades diferentes que poseen ambos. Unas buenas y otras malas, entre ellos uno con mas malas que buenas, y otro, con mas buenas que malas.
Comienzo con el amigo Hipólito Mejia: humilde, poco intelectual, trabajador, solidario, leal, respetuoso de su familia, político astuto, nacionalista, democrático, admite sus errores, persistente, no es rencoroso, franco y directo con los demás y valora. Sus defectos: No escucha, hiriente cuando habla, no sabe callar, no piensa a veces en la consecuencia de lo que dice, es empecinado, extrovertido e impulsivo.
Las cualidades buenas de Miguel Vargas Maldonado: empresario exitoso y buen administrador privado, excelente negociante, inversionista sagaz, captador de dinero y calmoso. Defectos: rencoroso, no es político, autoritario, antipático, ambicioso, terco, desleal, arrogante, imponente e indolente.
Si comparamos vemos que Mejía Domínguez posee más cualidades positivas que Vargas Maldonado, al igual que menos negativas. Las cosas positivas del Expresidente le suman más que las negativas. En cambio, en el caso de Vargas Maldonado, las negativas son más que las positivas, y estas le restan más que las positivas.
Ante la división que hoy tristemente se sella, de admitir que con ninguno de los dos como candidatos presidenciales, cada quien por su lado, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) alcanzaría de nuevo el Poder en la Republica Dominicana. Hubiese sido mejor que ambos salvaran, mediante el dialogo sincero de la unidad el legado historia de esta organización política y de sus lideres auténticos comenzando por el doctor José Francisco Peña, Juan Bosch, Ángel Miolán, Antonio Guzmán Fernández, Manuel Fernández Marmol, Jacobo Majluta Azar, Salvador Jorge Blanco, Ramón A Castillo, Silfa, Juan Isidro Jimenes Grullón, y de los sobrevivientes Milagros Ortiz Bosch, Rafael subervi Bonilla, Ivelisse Prats de Pérez, Virgilio Bello Rosa, Hugo Tolentino Dipp, Ramón Alburquerque, Manola Báez, Julio Marinez Rosario, Fulgencio Espinal, Enmanuel Esquea Guerrero, y de otros tantos dirigentes históricos del PRD.
En lo que a mi respecta, me mantendré respaldando la posición política institucional que hoy enarbola el sector que pelea para que nuestro partido
no sea empequeñecido y destruido con la esperanza de que podamos salvarlo como único instrumento de lucha democrática que aún le queda al país, el
PRD que defiende el compañero y amigo Hipólito Mejía Domínguez.
Postdata.
ERASMO CHALAS TEJEDA, es periodista, abogado y recopilador histórico, residente en la ciudad de Nueva York, donde se encuentra estudiando inglés.