Opinión
Reconocimiento a Orlando 39 años despues
Published
12 años agoon
Por Narciso Isa Conde
Dedicado a su madre Doña Adriana, a su padre Don Luis Mariano y a su hermano Edmundo, asesinado nueve meses después por asumir el reclamo de justicia.
Este 17 de marzo del 2014 se cumplieron treinta y nueve años del asesinato de Orlando Martínez y todavía los generalotes que fraguaron el crimen, con la aprobación de Balaguer, se pasean impunes: Enrique Pérez y Pérez, Milo Jiménez, Salvador Lluberes Montás…
Solo los autores directos fueron debidamente condenados por los tribunales de la república.
Solo el tribunal del pueblo los condenó a todos y de qué manera.
El reclamo contra el reino de la impunidad institucional persiste en medio del homenaje a la transcendencia de las ideas y el ejemplo del Orlando intrépido y visionario, al cual apelamos hoy con estos versos escritos en 1999:
Ven, Ven…Orlando.
Ven quedándote allá.
Camina hacia acá, pero sigue volando por allá.
Sigue gaviota, volando alto, más arriba, mucho más…
Sigue respirando ese aire dulce y puro.
Y ayúdanos desde allá a enfrentar estas amargas impurezas.
Tu patria, Orlando necesita que le escribas,
Los campesinos, las campesinas, siguen sin tierra.
La patria toda se está quedando sin ella.
Se está quedando sin nada.
….
El despojo ha sido casi totalmente consumado.
Neo-liberalmente consumado.
Casi todo esta privatizado.
¡Casi todo!
……
Nuestra Patria, Orlando, está siendo saqueada y destruida.
Esta siendo asesinada, vilmente asesinada.
……
Por eso te necesitamos.
Más que ayer te necesitamos
Sabemos que por allá, rodeado de amor sin límites,
de la sensibilidad etérea y la alegría infinita
de los buenos espíritus… ha crecido.
¡Te has multiplicado ¡
……
Ven Orlando.
Te necesitamos gaviota redentora.
Te necesitamos, Juan Salvador Orlando.
Necesitamos más de cerca tu ayuda bienhechora.
Te invitamos a venir, quedándote en el Cielo.
Y esto es así porque la agenda de Orlando es una agenda actual, viva. Porque debemos cuidarnos de no cosificar estos homenajes, de no tornarlos formales, pétreos, hipócritas…
Porque sus ideas nos convocan a la lucha contra la impunidad en toda su extensión: aquella que protege a sus propios asesinos intelectuales, a los de Caamaño, a los de Narcisazo, a los de Amín… la que imposibilita temporalmente llevar a los grandes corruptos de todos los colores y recuperarlo robado, sanear nuestra UASD y sancionar los desafueros de administraciones pasadas.
El ejemplo de Orlando nos convoca a la lucha para que nuestro territorio, definido como suelo, subsuelo y sobre-suelo, sea fuente de agua, vida y dignidad humana, y no riqueza saqueada y acaparada por corporaciones como Xtrata Niquel-Falconbridge, Barrick Gold, Uni gold, Gold Corp…
Para que Loma Miranda sea declarada parque nacional, Barrick Gold nacionalizada y la Cordillera Central, Restauración y la Sierra de Yamasá salvadas de la depredación y el envenenamiento de sus fuentes de agua.
Para que no pase la contrarreforma al Código de Trabajo, para que anulemos la sentencia nazi-racista del TC; para que derrotemos la violencia de géneroy losa femenicidios, la criminalidad estatal, el sistema electoral corrompido y fraudulento, y la dictadura política institucionalizada; abriéndole cauce a la propuesta de CONSTITUYENTE PARTICIPATIVA, POPULAR Y SOBERANA que involucre a todo el pueblo en un proceso de refundación de la república dominicana.
Orlando nos convoca a la solidaridad con Venezuela amenazada por el fascismo de factura estadounidense, a defender la paz anhelada en Colombia, al ideal de un mundo sin guerra, al ideal de Patria Grande Liberada, a apoderarnos de un gran proyecto transformador que supere este capitalismo irremediablemente enfermo y atroz, y siembre socialismo de verdad.
Y en honor a lo que Orlando ha sido, es y será, en esta ocasión le solicité encarecidamente a la UASD y a su nuevo Rector –al tiempo de saludar su actitud sobre el saneamiento admini9strativo de la univeridad- que no dilate más la edición de su espléndida obra recogida en los tres tomos de MICROCOSCOPIO y la instalación de la cátedra a su nombre, para que las nuevas generaciones puedan conocer su pensamiento y su accionar como militante del Partido Comunista Dominicano y las izquierdas dominicanas y formidable comunicador social comprometido con la revolución y el socialismo de verdad.
La respuesta inmediata fue autorizar la edición y respaldar la creación de la cátedra ORLANDO MARTÍNEZ.
Por Isaías Ramos
En el artículo anterior, “Cuando trabajar no alcanza”, mostramos lo esencial: en nuestro país hay trabajadores a tiempo completo que, aun cumpliendo con todo, no alcanzan el costo de la canasta básica. Hoy toca cerrar el círculo con una pregunta inevitable: si el Estado asegura que no tiene margen para indexar el ISR ni para acercar los salarios a la canasta, ¿cómo sí lo tiene para blindar exenciones y subsidios que ya rondan el medio billón de pesos al año?
La comparación es contundente: alrededor de RD$19 mil millones para cumplir la indexación —lo mínimo para que la inflación no se coma el salario por la vía del impuesto— frente a más de RD$500 mil millones en gasto tributario y subsidios no focalizados. Esa diferencia no es técnica; es moral. Es un impuesto silencioso al trabajo para sostener privilegios que casi nunca rinden cuentas.
No hablamos de milagros, sino de coherencia constitucional.
Primero derechos; después privilegios.
La indexación es justicia básica; que el salario cubra la canasta es dignidad mínima. Cuando eso no ocurre, todo lo demás se convierte en una transferencia regresiva: recursos públicos arriba y salarios de subsistencia abajo.
Lo vemos en historias como la de Marta, cajera en una tienda que abre seis días a la semana. Gana el salario mínimo del tramo superior y aun así no le alcanza para transporte, alimentos y educación básica de sus hijos. Todos conocemos una Marta. Su caso no es la excepción; es el reflejo de un modelo.
Reconocemos, sin ambigüedades, que ciertos sectores han traído inversión y empleo. Pero en un Estado Social y Democrático de Derecho, la prioridad no se discute: derechos primero, incentivos después. Si un sector recibe exenciones millonarias durante décadas, la contrapartida mínima es un salario mediano por encima de la canasta y una reducción verificable de la informalidad. Y si los beneficios se justifican por su aporte, ese aporte debe comprobarse con datos públicos.
Las preguntas son simples, y las respuestas deberían serlo también:
- ¿Cuál es su salario mediano y qué parte de la canasta cubre?
- ¿Cuál es su aporte fiscal neto, descontadas exenciones y transferencias?
- ¿Qué metas salariales y de formalización han cumplido —auditadas y con plazos—?
Si esas respuestas no existen, la falla no está en quien critica, sino en un modelo que evita mirarse al espejo.
Cuando miramos la región, el panorama se vuelve más claro y más crudo. Llevamos décadas creciendo alrededor de 5 % anual, más del doble del promedio latinoamericano. Sin embargo, datos del Banco Mundial muestran que menos de 2 % de los dominicanos ascendió de grupo de ingreso en una década, frente a un 41 % regional. Es una de las movilidades más bajas de América Latina: un motor económico de alta potencia montado sobre una carrocería social demasiado frágil.
A eso se suma un mercado laboral con alrededor de 55 % de informalidad, superando un promedio regional que ya bordea la mitad. Millones de personas trabajan sin contrato, sin protección y sin capacidad de negociación. Mientras tanto, el salario mínimo formal del sector privado no sectorizado —según el tamaño de la empresa— oscila hoy entre unos RD$16,000 en las microempresas y cerca de RD$28,000 en las grandes, y ni siquiera en su tramo superior alcanza el costo de la canasta familiar nacional, que ronda los RD$47,500, ni la canasta del quintil 1, situada en torno a RD$28,400. La mayoría de los trabajadores informales ni siquiera se acerca a esos montos.
Ahí está el nudo del modelo: un PIB que corre por delante del promedio regional, con salarios más bajos, más informalidad y menor movilidad que casi todos. Ahí es donde la retórica del “milagro” deja de coincidir con lo que millones viven cada día: jornadas largas, ingresos insuficientes y un crecimiento que no se traduce en dignidad.
Y, mientras tanto, la indexación —que solo evita que el impuesto castigue el salario— se presenta como inalcanzable. No lo es. Lo inalcanzable es pretender estabilidad congelando la protección del trabajador mientras se blindan privilegios que nadie revisa con lupa desde hace décadas. Eso no es estabilidad; es un subsidio a la precariedad.
La discusión no es “si hay dinero”, sino de dónde es justo que salga.
¿De quienes ya no pueden más, o de exenciones que llevan medio siglo sin evaluación seria?
¿De la nómina de la clase trabajadora, o de regímenes especiales convertidos en vacas sagradas?
En el Frente Cívico y Social entendemos que la guía es simple y está escrita en la Constitución. El artículo 62 establece, entre otras cosas, que es finalidad esencial del Estado fomentar el empleo digno y remunerado y, en su numeral 9, consagra el derecho a un salario justo y suficiente para vivir con dignidad. No es poesía; es mandato. Si el salario mediano de un sector no cubre la canasta, ese sector no cumple con la dignidad mínima. Y si además recibe exenciones, la obligación de rendir cuentas es aún mayor.
Y porque no hay dignidad sin desarrollo, no olvidemos lo esencial: salario digno es demanda interna, productividad futura y estabilidad social. Con sueldos de miseria no se construye un mercado interno robusto, no se fortalece el capital humano, no hay escalera de movilidad. Lo que se “ahorra” hoy en salarios bajos se paga mañana en menor crecimiento y mayor conflictividad.
En una frase: un país que se respeta no pone el privilegio por encima del salario, ni el incentivo por encima de la dignidad. Cuando la política honra esa jerarquía, la estadística deja de ser consuelo y se convierte en vida vivible.
Despierta RD.
Las escaseces de divisas, alimentos, medicamentos, salarios y servicios públicos, como la electricidad, etc., predominan y se agravan en Cuba, donde no ha estallado una poblada contra el orden socio-político instaurado principalmente por la comprensión ciudadana del inhumano bloqueo económico-financiero y comercial de Estados Unidos y su inspiración en el líder histórico de su Revolución, Fidel Alejandro Castro Ruz. Ese prodigio comprueba el poder de la ideología y la herencia de los sistemas de valores como pilares para mantener el control del Estado.Opinión
La Corte Penal Internacional y los tribunales penales internacionales (2 de 2)
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14 horas agoon
diciembre 5, 2025Por Rommel Santos Diaz
La naturaleza sui generis de los tribunales Ad-Hoc los constituye al mismo tiempo como jurisdicciones que tienen un carácter limitado tanto ratione temporis como ratione loci.El Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia solo tiene competencia para juzgar los crímenes cometidos a partir del 1 de enero de 1991 en el territorio de la Ex República Federal Socialista de Yugoslavia mientras que el Tribunal Penal Internacional para Ruanda tiene una competencia temporal aún más restringida dado que sólo puede juzgar los crímenes cometidos durante el año 1994 en el territorio de Ruanda.
Por su parte, la Corte Penal Internacional es un tribunal permanente que tiene una competencia ratione temporis de carácter prospectivo, vale decir, se aplica sólo a los crímenes cometidos luego del 1 de julio del 2002, fecha de la entrada en vigor de su Estatuto. Además, su competencia ratione loci se basa en el principio de territorialidad y no en el principio de jurisdicción universal.
Por otro lado, conviene destacar que la forma de creación de los tribunales penales internacionales determina a su vez el modo como estos tribunales internacionales se relacionan con las jurisdicciones internas.
Así por ejemplo, la Corte Penal Internacional se rige por el principio de complementariedad en relación a la jurisdicción interna de los Estados. Esto tiene particular relevancia en los casos de competencia concurrente con la jurisdicción nacional, dado que la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia y del Tribunal Penal Internacional no es complementaria de la jurisdicción nacional, sino que en su lugar se trata de una jurisdicción internacional que tiene primacía sobre las instancias nacionales.
Lo anterior permite que en cualquier estado de un proceso ante un tribunal nacional tanto el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda puedan requerir a los tribunales nacionales la remisión del caso a sus respectivas competencias.
En relación a la existencia de mecanismos de cooperación judicial entre los tribunales penales internacionales, es pertinente subrayar que esta instituciones responden a principios distintos de aquellos que son propios del derecho penal internacional propios del derecho internacional privado y es en esta línea conservadora que ninguno de los estatutos de los tribunales internacionales contiene disposiciones específicas sobre cooperación entre ellos.
Así por ejemplo, el Estatuto de Roma regula las relaciones de cooperación y asistencia judicial sólo entre los Estados Parte y la Corte Penal Internacional y conforme al Artículo 2 de su Estatuto, se prevé en virtud del acuerdo entre la CPI y las Naciones Unidas, relaciones de cooperación con esta organización internacional.
Por tanto, el tratado de Roma no contiene referencias relativas a la forma como la Corte Penal Internacional podría vincularse con otros tribunales del sistema de justicia penal internacional.
Finalmente, tal como se observa en las líneas precedentes no existe un vínculo normativo entre la Corte Penal Internacional y los tribunales Ad-Hoc . No obstante, es innegable que la valiosa y extensa jurisprudencia del Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda servirán como referente en el desarrollo del trabajo jurisprudencial de la CPI.
