La situación de Constanza no se limita al fuego que devora sus montañas. La salud de sus habitantes está siendo afectada por la estela de humo que cubre a casi todas sus comunidades.
El panorama es poco alentador. Un solo nebulizador en el hospital, clínicas abarrotadas de pacientes, transeúntes que cubren sus caras con mascarillas y la docencia suspendida es lo que se vive en este pueblo de gente trabajadora.
“La situación es tan desesperante que quienes tienen la posibilidad de salir del pueblo, lo están haciendo hacia La Vega, Santiago y Santo Domingo para acudir a centros de salud en busca de ayuda médica, ya que el humo ha afectado a gran parte de la población”, informa el odontólogo Anselmo Quéliz.
Resalta que nunca habían visto algo tan desastroso en el pueblo, y que lo más lamentable es que el respaldo no se compadece con la magnitud del problema. “Aquí se necesita más que ramitas en mano, que un helicóptero dando vueltas supervisando la zona… El problema es más serio de lo que quienes no están aquí se pueden imaginar. Es ayuda internacional lo que esto amerita. ¡Constanza se está quemando!”, exclama el profesional.
A su clamor se une Sandra Durán, madre de tres niños que ya han sido atendidos en un centro de salud privado, y que aun así continúan afectados. “Estamos desesperados, y peor nos sentimos al ver la poca atención que se nos está prestando, y escuchar que todo está bien cuando quienes estamos aquí sabemos que corremos un grave peligro”, dice angustiada.
Asegura que el comercio está funcionando porque Constanza es un pueblo de gente trabajadora, pero que la situación está para cerrar todo y salir corriendo a otros lugares, como lo están haciendo muchos. “Es trancados en la casa que hay que estar porque para colmo no hay una voluntad de ayudar aunque sea a traer mascarillas para que la gente se cubra un poco”, resalta Durán.
Desde el pasado jueves la docencia fue suspendida, y la gente comenzó a advertir cuán grave es el problema que se está viviendo en Constanza y Jarabacoa. Según Anselmo Quéliz, las comunidades que están siendo más afectadas son Las Auyamas, La Planta, La Sabina y la Colonia Japonesa, pero todo el pueblo está siendo afectado por el humo que se ha propagado por doquier.
La esperanza del pueblo está puesta en la misericordia de Dios. Oran al Señor para que mande una lluvia de bendiciones que sofoque el fuego que amenaza no solo con reducir a cenizas sus montañas, sino con provocar un mal de salud común.
Neblinas de humo
El doctor José Amado Quéliz está consciente del riesgo al que se exponen todos los constanceros si persiste el problema. “Anoche pocas personas pudieron dormir. Estábamos atentos a la propagación del fuego, pues aunque ayer jueves se trató de eliminar el fuego, la situación sigue, pero cuando hay un fuego de esa magnitud hasta una ramita que quede encendida representa un peligro para que esto continúe”, puntualiza.
Ante la pregunta de que si saben qué lo provocó, Quéliz considera que al pueblo ahora mismo lo que menos le interesa es saber el origen. “Lo que necesitamos con urgencia es ayuda de toda índole. Hace falta mascarilla, broncodilatadores, agua y todo lo que ayude a que sea menos drástico el drama de salud”, expresa el especialista.
Resalta que los constanceros están acostumbrados a las constantes de neblinas que se forman por el frío, pero que nunca habían tenido que lidiar con una “neblina de humo”.
El problema se torna más peligroso porque Constanza está rodeado de montañas, y el pueblo queda justo en un hoyo. “Guardando la distancia, estamos como atravesando por una situación similar a la que surge por la erupción de un volcán. Hasta quienes vienen a prestar servicio en las ambulancias deben ponerse sus mascarillas”, manifiesta.
Fin de semana largo
José de los Santos, empleado de un centro turístico del pueblo, también tocó un tema interesante. Aunque está consciente de que no es lo más importante, dice que, a raíz de esta situación se han caído muchas de las reservaciones que se habían hecho en los distintos hoteles y en las cabañas para este fin de semana largo.
“Porque esto pudo evitarse. Si las autoridades actúan desde que se les dio la voz de alerta, la situación fuera otra, pero resultó más fácil mandar a otros a ver y luego dar crédito al informe rendido, que ir a presencia y poner frente la grave problema”, se queja.
Las pérdidas han sido cuantiosas, pero como si fuera una sola voz, todas las personas consultadas, coinciden en asegurar que lo más preocupante es lo que el fuego ha provocado a la salud de la población.
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