Una nueva oportunidad de cambio ha tocado sus puertas. Aquellas cercanas a la orilla del río Ozama, cuyas aguas en los tiempos de lluvias anegaban no solo sus viviendas, sino también sus esperanzas.
Luego de casi tres años y una promesa, La Nueva Barquita será inaugurada mañana, y las mil cuatrocientas familias comenzarán el proceso de mudanza al complejo de 1,787 apartamentos construidos a un costo de 4 mil millones de pesos, RD$1.2 por vivienda.
Las familias tendrán que pagar de 500 a mil pesos para el mantenimiento cada mes, aparte del costo de la energía eléctrica (24 horas), el cual será mínimo.
Sin embargo, según el presidente de la Unidad Ejecutora para la Readecuación de La Barquita y entorno (URBE), José Miguel González Cuadra, serán justos con aquellos que no tienen los recursos para efectuar el pago. El 90% de las familias tiene hasta seis miembros y el 53% de los jefes de hogar son mujeres.
La administración del proyecto está a cargo de un patronato, presidido por el padre Gregorio Alegría en conjunto con algunos dirigentes comunitarios.
Mudanza
El proceso de mudanza, que se inició con un plan piloto de 20 familias, durará aproximadamente tres meses. Para fínales de agosto o principio de septiembre se espera que estén todos en su nuevo hogar.
El traslado se hará cada mañana y en las tardes se derribarán las viviendas que habitaban en medio del hacinamiento y la pobreza en La Barquita “vieja”.
Pero, ¿qué pasará con los que llegaron al sector después de iniciado el proyecto? No podrán ser beneficiados.
González Cuadra sostiene que habitarán los apartamentos de La Nueva Barquita aquellos censados, luego de que el presidente Danilo Medina, visitara el sector en 2012, pero que quienes se mudaron después no serán favorecidos.
“Son las personas que se censaron, ellos tienen el conocimiento, tienen que salir antes de que se inicie la mudanza”, afirmó.
En cuanto a los que dicen ser propietarios de viviendas en La Barquita, unos 258 en total, dijo que salió un decreto, en el que indica que Bienes Nacionales va a asumir la responsabilidad de aquellos que tienen una mejora, porque en el lugar no hay propietarios, ya que son terrenos del Estado.
Dijo que se identificarán quienes tengan las mejoras, para luego proceder a la remuneración en base a la vivienda.
La vieja Barquita
La Barquita, se convertirá en una extensión del parque Cachón de la Rubia, y estará a cargo del Jardín Botánico Nacional.
Allí se recuperará el bosque húmedo con las plantaciones de diversas especies y estará completamente cerrado, a fin de evitar posibles invasiones.
Además se construirá un recinto del Politécnico Loyola en el borde del parque, de tres niveles, donde se impartirán carreras técnicas, para los residentes de Los Mina y Sabana Perdida.
Servicios
La Nueva Barquita, construida en 52 hectáreas, está dotada de cámaras de seguridad a cargo del sistema 9-1-1, una fiscalía y un destacamento de la Policía Nacional.
Además cuenta con un anfiteatro con capacidad para 1,300 personas sentadas, cinco parques infantiles, una estancia infantil para unos 500 niños que será operada por el Ministerio de Educación.
También, 104 locales comerciales con dos habitaciones, un play de béisbol llamado Juan Marichal, una escuela donde funcionará el programa de tanda extendida, un centro tecnológico comunitario, una plaza, una iglesia católica San Francisco de Asís y una evangélica, áreas deportivas, y un centro de atención primaria.
Recorrido
Ayer, directores de medios de comunicación y el empresario José Luis Corripio realizaron un recorrido por La Barquita vieja hasta la Nueva, donde se les explicó el proceso de construcción.
El recorrido estuvo encabezado por el presidente de la Unidad Ejecutora para la Readecuación de la Barquita y Entorno (URBE), José Miguel González Cuadra, quien resaltó el cambio que significa este proyecto en la vida de las personas que durante años estuvieron afectadas por la crecida del río Ozama.
Los directivos de medios, partieron a las 10:00 de la mañana desde una plaza de la capital hacia la vieja Barquita donde realizaron un recorrido por los cuatro barrios que la conforman (Lechuga, Reguindao, La Lata y San José) así como la condición de pobreza y hacinamiento en que viven sus residentes.
Luego partieron en botes sobre el río Ozama hacia La Nueva Barquita, donde conocieron el proyecto.
Entre los que participaron en el recorrido, se encuentran el presidente de la Sociedad Dominicana de Diarios, Persio Maldonado; el empresario Corripio; los directores de los periódicos Diario Libre, Adriano Miguel Tejada; de El Caribe, Osvaldo Santana; del Hoy, Bienvenido Álvarez Vega; de Teleantillas, Juan Bolívar Díaz; el subdirector de El Nacional, José Antonio Torres, entre otros.
Persio Maldonado, destacó la obra, la cual dijo dará una forma digna de vivir a las familias de La Barquita.
CAMBIO DE VIDA DE SUS RESIDENTES
¿Señor y seré yo que voy a entrar a este palacio porque esto es un castillo?, se preguntó Virginia López, al momento de entrar al apartamento que desde hace 23 días es su nuevo hogar.
Contó que nunca se imaginó que viviría así, pero que siempre estuvo convencida de que la promesa del presidente Danilo Medina se cumpliría.
“Me siento bien, como una reina, yo entre y creía que era otra casa que no era así , como que era más humilde, pero fue demasiado fuerte, lo primero que vi fue mi jardín y me gustó, también mi cocina y dije ¿Señor y seré yo que voy a entrar a este palacio porque esto es un castillo?”, recordó La dama quien vive junto a dos sobrinos que crio como a hijos, dice que no se queja de lo recibido y que agradece primero a Dios y luego al mandatario.
A López, de 66 años la sostiene una hija y dice que está dispuesta, de recibir una ayuda, a trabajar aunque sea en limpieza porque lo necesita.
Agradecidos también se sienten los esposos Juana Martínez y Domingo Polanco, quienes fueron de los primeros beneficiados en el plan piloto que se llevó a cabo.
Dicen que están bendecidos, aunque aseguran que la mudanza les ha traído algunas dificultades.
El señor Polanco esta invalido, y el sustento de la familia lo conseguía reparando televisiones o abanicos en Los Mina, oficio que ahora no puede realizar.
Cuenta que la distancia no le ayuda y que ni él ni su esposa tienen con que movilizarse y que el alimento es sustentado por su única hija.
Sin embargo, a pesar de las vicisitudes, sostienen que la vivienda es una bendición a sus vidas.
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