EFE
WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se mostró ayer convencido de que los senadores republicanos apoyarán el proyecto de ley de salud que respalda el mandatario y que fue aprobado este jueves en la Cámara Baja, pese a las reticencias que varios de ellos han mostrado ya hacia la propuesta.
“¡Los senadores republicanos no dejarán de lado al pueblo americano! ¡Las primas y los deducibles de Obamacare están subiendo, era una mentira y está muerto!”, afirmó en su cuenta de Twitter respecto al texto legislativo y la actual ley de salud, impulsada por su predecesor Barack Obama (2009-2017).
Es casi inevitable que la propuesta que logró el apoyo de la Cámara de Representantes, aunque de manera muy ajustada y con varios republicanos en contra -más todos los demócratas-, encuentre muchos obstáculos en la Cámara Alta, donde la mayoría conservadora es más estrecha.
Los senadores más moderados del Partido Republicano, especialmente aquellos cuyos estados se han beneficiado más de las ayudas para la cobertura médica del Obamacare, no están dispuestos a respaldar la legislación planteada, mientras que varios ultraconservadores quieren una derogación absoluta de la ley de Obama.
Así, se espera una larga batalla en los pasillos del Senado, y Trump deberá ceder en muchas de sus demandas si quiere aprobar un texto que reforme la ley de salud.
Además hoy Trump también se refirió en su cuenta de esa red social a las investigaciones sobre la injerencia rusa en los comicios de noviembre, que previsiblemente volverán de nuevo a las portadas la semana entrante, al celebrarse nuevas audiencias públicas al respecto en el Congreso.
“¿Cuándo los falsos medios de comunicación preguntarán sobre los tratos de los demócratas con Rusia y por qué el DNC (Comité Nacional Demócrata) no permitiría al FBI verificar su servidor o investigar?”, afirmó el mandatario, en otra crítica ya común hacia la prensa.
Distintos comités de la Cámara de Representantes y el Senado están llevando a cabo audiencias con miembros de las fuerzas de seguridad y las agencias federales para dilucidar hasta qué punto la campaña de Trump se coordinó con el Kremlin para influir en las elecciones presidenciales en las que el magnate salió vencedor.
Uno de los testigos claves es la que subfiscal general en el Gobierno de Obama, Sally Yates, que se espera comparezca este lunes en la Cámara Alta tras varios retrasos de sus comparecencias en el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.