SANTO DOMINGO. Warren Bennis, llamado el padre del liderazgo, decía que éste es como la belleza, difícil de definir, pero fácil de reconocer si uno lo ve, y que “los líderes no surgen de la nada. Deben ser desarrollados: educados de tal manera que adquieran las cualidades del liderazgo”.

La República Dominicana pasa por un momento de limbo en el que hay una nebulosa que dificulta visualizar entre quiénes será la batalla por la candidatura presidencial en las elecciones del 2020.

En el país se vive un clima de protesta y cuestionamiento al sistema de partidos como nunca antes se había visto y, por primera vez, ocho dirigentes políticos de alto nivel guardan prisión preventiva, acusados de corrupción.

A pesar de que el cuestionamiento a los partidos está organizado en un colectivo denominado “Marcha Verde”, ese sector no cuenta con un líder visible que amenace al sistema político tradicional.

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) pasa por un momento de reflujo, golpeado por el escándalo de corrupción Obrechet y con un Presidente de la República que no puede repostularse, debido al impedimento constitucional que tiene, además de que no ha desmentido el mensaje que habría enviado con un colaborador de su entorno político, de que no aspirará nuevamente a la candidatura presidencial.

Ningún dirigente en el PLD tiene las estructuras ni la fortaleza en el liderazgo para ganar la candidatura sin el apoyo de una de las dos grandes estructuras que representan Medina y el expresidente Leonel Fernández.

Danilo Medina no ha identificado quién sería su sucesor, y hay temores de que dirigentes de su sector sean salpicados por las delaciones o contubernios con la constructora Odebrecht.

El secretario general del PLD, Reinaldo Pared Pérez, aspiró en el pasado proceso interno, al igual que el ministro de Turismo, Francisco Javier García, y el embajador en Washington, José Tomás Pérez, pero cedieron ante la inminente reelección de Medina.

Pared Pérez está bajo la sombrilla del danilismo, al igual que el ministro Administrativo, José Ramón Peralta; el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, y el ministro de Educación, Andrés Navarro, que son mencionados como posibles precandidatos.

Demás está decir que ya hay dos aspirantes presidenciales del partido oficial detenidos por Odebrecht, que son el exministro de Industria y Comercio, Temístocles Montás, y el dirigente del Comité Político, Rhadamés Segura.

El presidente del PLD, Leonel Fernández, no se descarta como posible candidato, pero hay que ver cuánto ha disminuido su liderazgo, luego de los golpes sufridos con las declaraciones del narcotraficante Quirino Ernesto Paulino, y si contaría con el apoyo de los danilistas en el poder.

La vicepresidenta Margarita Cedeño tiene el muro de las aspiraciones de su esposo, el expresidente Fernández, que eclipsa un posible proyecto presidencial suyo.

Algunos señalan a otros aspirantes alternativos como posibles fichas estratégicas para el PLD mantenerse en el poder, como el ministro de Medio Ambiente Francisco Domínguez Brito, pero el hecho de no depender de ningún grupo se le señala también como su debilidad, por aquello del celo del liderazgo.

Al alcalde de Santiago, Abel Martínez, se le reconoce un liderazgo naciente en esa organización, aunque es visto como un hombre del leonelismo, y tiene que pasar con buenas notas su gestión en ese complicado ayuntamiento.

El principal partido de la oposición política, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) pasa por una situación de incertidumbre, pues tiene a su principal dirigente, el presidente de la organización, Andrés Bautista, cumpliendo una medida de coerción de seis meses en la cárcel de Najayo, como uno de los imputados en el caso Odebrecht.

Hasta ahora, el PRM cuenta con dos grandes liderazgos que se debaten la candidatura presidencial, que son el pasado candidato presidencial Luis Abinader y el expresidente Hipólito Mejía.

Abinader aún cuenta con el apoyo mayoritario, según algunas encuestas, pero los seguidores de Mejía aseguran que el veterano político cuenta con el carisma y la sapiencia para lograr una cuarta candidatura presidencial, y de desplazar al PLD del poder, a pesar de que ha fracasado en las elecciones del 2004, 2012 y en la convención del 2015, donde fue vencido por Abinader.

El PRM cuenta con jóvenes prometedores, pero que no están en el momento de enfrentar con éxito a los dos grandes líderes actuales, que ya tienen un largo tramo recorrido, por lo que se les coloca como posibles candidatos en el escenario del 2024.

Uno de los líderes emergentes del PRM es el alcalde del Distrito Nacional, David Collado, quien ha manifestado que está concentrado en realizar una labor exitosa frente al ayuntamiento de la principal ciudad del país.

También se perfila como relevo generacional en ese partido al senador por Puerto Plata y miembro del Consejo Nacional de la Magistratura, José Ignacio Paliza, quien ha conectado bien por su discurso crítico.

La situación del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) es de desorientación para los militantes y dirigentes medios, pues no saben si el presidente de esa organización política será candidato presidencial o apoyará nuevamente al candidato del PLD.

Los perredeístas se quedaron esperando más empleos, ya que los puestos que les han otorgado a alguno de sus dirigentes no cuentan con las plazas que esperaban y son más parecidos a puestos de generales con pocas tropas.

Miguel Vargas, canciller de la República, sólo ha podido colocar en el servicio exterior a Peggy Cabral, embajadora en Italia; a José Miguel Soto Jiménez, embajador en Taiwán; a Rafael Tejeda Acevedo, embajador en Panamá; y a Rafael Fiquito Vásquez, cónsul en Toronto, Canadá.

En el PRD hay una situación de indefinición con respecto al 2020, y algunos hablan hasta de aliarse con el expresidente Hipólito Mejía.