También Estados Unidos se ha visto afectado por las temperaturas extremas, que la OMM no duda que tiene como uno de sus principales factores el cambio climático.
MD17. MADRID, 23/06/2011.- Varias personas se refrescan en las fuentes del parque Juan Carlos I de la capital para mitigar las altas temperaturas registradas hoy en Madrid. EFE/Javier Lizon
Ginebra, (EFE).- La Organización Meteorológica Mundial (OMM) dijo hoy que analiza los picos de temperaturas alcanzados en las olas de calor que se registran últimamente en algunas zonas del hemisferio norte, y que se pueden calificar como “nuevos récords”.
Los casos más extremos ocurrieron el pasado 29 de junio, cuando en la ciudad iraní de Ahwaz se llegó a los 53,7 grados de temperatura, mientras que Turbat, al suroeste de Pakistán, y en Mitrabah, en Kuwait, se alcanzaron los 54 grados en los primeros días de este mes.
“La ola de calor que golpeó la Península Ibérica a mediados de junio y se extendió al sureste de Europa y a los Balcanes, con temperaturas alrededor de los 40 grados la semana pasada, estuvo acompañada de varias tormentas de verano violentas”, dijo la portavoz de la OMM, Clare Nullis.
También Estados Unidos se ha visto afectado por las temperaturas extremas, que la OMM no duda que tiene como uno de sus principales factores el cambio climático.
La situación ha sido particularmente crítica en el sudeste de Estados Unidos, con lugares como la ciudad de Phoenix, en Arizona, donde se llegó a 48,3 grados centígrados a finales de junio, con once días consecutivos con una temperatura promedio de, al menos, 43 grados.
Esta situación perturbó durante todo ese periodo los vuelos comerciales, que no podían despegar con un aire tan cliente.
Para los seres humanos la situación es también delicada, pues las temperaturas muy altas de día como de noche constituyen una combinación peligrosa para el cuerpo, que tiene escasa oportunidad de recuperarse de las horas de mayor calor.
Las olas de calor también suponen una presión mayor para la agricultura, el aprovisionamiento de agua, para el suministro eléctrico y el transporte.
“Muchas de estas olas de calor en Oriente Medio, en Asia y el sudeste de EEUU están ocurriendo en partes del mundo que son naturalmente calientes, pero el cambio climático causado por los humanos también están llevando a que sean más frecuentes e intensos”, comentó Nullis. EFE