Estaba dispuesto a responder por primera vez a preguntas sobre su operación desde enero, pero se ubicó de modo tal que hubiera podido fugarse rápidamente si no quería contestar algo.
«Me encanta cuanto toda esta gente dice ‘no puedes hacer esto, no puedes hacer aquello, estás muy viejo»’, expresó el toletero antes del juego inaugural de los Yanquis contra Boston. «Es un gran desafío demostrar que todos ustedes y todos los demás se equivocaron».
A tres meses de cumplir 38 años, Rodríguez prefiere no tener que hablar de un tema en boca de muchos: Todavía tiene contrato por cinco años, en los que ganará 114 millones de dólares (parte de un contrato de 10 años y 275 millones de dólares) y hay quienes dicen que es un lastre para el club pues limita su margen de maniobra en la contratación de peloteros.
Y ese malestar empezó incluso antes de que el New Times de Miami informara en enero que había recibido sustancias estimulantes de una clínica de la Florida.
En sus primeros comentarios públicos desde su operación del 16 de enero de la cadera, Rodríguez dijo que se mantiene el programa según el cual podría reaparecer a mediados de año y que piensa que puede recuperar el nivel de antaño.
«Cuando me reponga estaré al 100% y no hay razón alguna para que no pueda jugar a un nivel muy alto», sostuvo.
Rodríguez no juega una temporada completa desde el 2007 por distintas lesiones: desgarro del cuádriceps (2008), operación en la cadera derecha (2009), desgarro en la pantorrilla (2010), operación en una rodilla (2011) y fractura en la mano (2012). Antes de que se le descubriesen sus problemas más recientes en la cadera, fue dejado en el banco en tres de nueve partidos de playoffs y bateó como emergente en otros tres. Bateó de 120 (25-3) sin empujadas en los playoffs y se fue de 18-0 con 12 ponches contra lanzadores derechos.
Cree que si se le hubiese descubierto la lesión antes, no se lo habría tratado tan mal como lo trataron algunos.
«No hubiera tenido ese final tan duro, eso es seguro. Vive y aprenderás», expresó.
Por más que estaba en el Yankee Stadium, no quiso ser presentado con el resto de sus compañeros.
«No necesito que lo hagan para sentirme parte de este equipo. Cuando me presentan, quiero estar en el terreno de juego», afirmó.
Alguna vez se pensó que Rodríguez podría batir la marca de 762 jonrones de Barry Bonds, pero está atascado con 647.
Su imagen se vio empañada en el 2009, en que admitió que había usado estimulantes entre el 2001 y el 2003, cuando jugaba con los Rangers. New Times dijo en enero que había conseguido documentos que comprobaban que le había comprado sustancias prohibidas a Biogenesis of America LLC, una clínica para combatir el envejecimiento que ha sido cerrada en Coral Gables, Florida, la cual era administrada por Anthony Bosch. Rodríguez negó haber tenido relación alguna con Bosch.
El dominicano dijo el lunes que se reunió con gente de la Asociación de Peloteros de las Ligas Mayores para hablar de Biogenesis. Indicó que reiteró que no había adquirido estimulantes.
Muchos pronostican un año malo para los Yanquis, que inician la temporada con Rodríguez, Derek Jeter, Mark Teixeira, Curtis Granderson y Phil Hughes lesionados. La novena se desprendió de Nick Swisher, Raúl Ibáñez, Russell Martin y Eric Chávez.
Los Yanquis han jugado los playoffs en 17 de las últimas 18 temporadas.
«Este año tenemos una oportunidad muy especial», dijo Rodríguez. «Es mi décimo año aquí en Nueva York. Será la primera vez en que pronostican que terminaremos últimos, lo que me parece una locura. Es emocionante. Un año de oportunidades para el equipo y para mí».