Periodismo Interpretativo
Amenazas y peligros de la realidad sísmica de R. D.
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Por Orlando Franco
Los terremotos representan un gran peligro para el país, aunque los daños de los mismos no ocurren frecuentemente, sus consecuencias son devastadoras.
Han ocurrido en el Caribe cerca de la isla de la Hispaniola, en los últimos pasados 500 años y varios han generado Tsunami. El mayor y más reciente en Agosto 1946 de magnitud 8.1, produjo el maremoto en Matancita con 1790 muertos o desaparecidos.
Con más de 35 millones de personas que viven en esta región de turismo en el Caribe donde un terremoto destructor ocurre cada 50 años, no es cuestión de que si ocurrirá sino es cuando ocurrirá.
Los terremotos ocurren típicamente en la zona cercana a fallas o fracturas de la corteza donde están los bordes o fronteras de las placas tectónicas que forman la superficie terrestre, estas placas se mueven, chocan, se sumergen creando grandes esfuerzos. En algún momento y en cualquier lugar de estos bordes, repentinamente el esfuerzo acumulado vence la fricción y se genera la energía sísmica en la forma de un terremoto, el cual suelta la energía en un punto pero aumenta el esfuerzo en otro lugar de la línea de falla.
En un estudio publicado en diciembre 2004, por científicos de AGU (American Geophysical Unión), WHOI (Woods Hole Oceanographic Institution), reportan un mayor riesgo de la zona de Falla Septentrional de la Cordillera Septentrional, a través de la densamente poblada región del Valle del Cibao en la República Dominicana, en adición a la muy geológicamente activa región de las trincheras de Puerto Rico y la Hispaniola capaces de producir sismos de magnitud mayores de 7.5. El sismo del 26 diciembre 2004 en Indonesia de más de 280,000 muertos, se produce en una región de fallas con estructuras similares a la región de las islas de la Hispaniola y Puerto Rico.
Trinchera de Puerto Rico y la Hispaniola.
La Zona de Falla Septentrional es la mayor estructura en tierra del contacto de las placas Norteamérica-Caribe, y junto a la zona de Falla de Motagua constituyen las dos zonas de exposición de área mayores de los 3,200Kms de longitud de la zona de contacto de las placas Norteamérica- Caribe.
La zona de Falla Septentrional recorre todo el Valle del Cibao, desde Samaná hasta Montecristi, formando un prominente escarpe de sedimentos cuaternarios superficiales que cubren el Valle del Cibao y está acumulando 9 ± 3 milímetros por año de desplazamiento, para producir un sismo mayor de 7 en la escala de Ritcher. Estudios recientes sobre la sismicidad en la Hispaniola (Movimondo, ECHO, ONESVIE, SODOSISMICA, Estudio de Amenaza Sísmica en la Republica Dominicana, 2004), muestran que para un sismo con probabilidad de excedencia de 10% en cinco años o periodo de retorno aproximado de 50 años, la aceleración máxima de la roca base del Valle del Cibao podría estar en el rango de 0.14g a 0.16g. Para un sismo de 10% en 50 años o periodo de retorno aproximado de 500 años, la aceleración máxima de la roca base puede ser mayor de 0.42g., aumentando en los sedimentos superficiales.
Terremotos de magnitudes iguales pueden tener efectos dos diferentes terremotos de magnitud 6.5 pueden causar dramáticos niveles de variadas intensidades del movimiento de suelo, porque pueden diferir en profundidades o tipo de rotura de falla.
Terremotos de igual magnitud pueden también diferir en el nivel de daño debido a su proximidad o alejamiento a zonas muy pobladas.