Diosdado Cabello podría renovar su cargo en la Asamblea Nacional.
CARACAS, Venezuela.- Con el presidente Hugo Chávez luchando contra el cáncer en La Habana, a lo que se suma la recién informada complicación por una «insuficiencia respiratoria», la elección de una nueva mesa directiva en la Asamblea Nacional (AN) este sábado cobra una especial trascendencia.
El nuevo presidente de la AN podría ser, constitucionalmente, el encargado de asumir la jefatura del Estado si es que el Chávez no puede continuar al frente del país.
Un acto que en otras circunstancias sería considerado mero trámite, concita ahora enorme atención incluso a nivel internacional.
Sea porque Chávez no puede tomar posesión del nuevo mandato el próximo 10 de enero y se declara la «falta temporal» como defiende la oposición, sea que toma posesión más adelante como sostienen sectores del oficialismo, lo cierto es que el titular de la AN, como presidenciable, se convierte en figura clave.
Incluso más si se cumple la peor de las hipótesis planteadas por el propio Chávez y, definitivamente, se da una de las causas de la «falta absoluta», lo que llevaría a nuevas elecciones presidenciales en menos de 30 días.
Así es que cobra protagonismo una instancia normalmente sin demasiada trascendencia política como es la Asamblea Nacional en el dibujo institucional venezolano, donde el peso político real lo llevan Chávez y su gabinete.
La elección del presidente de la Asamblea Nacional será el escenario en que se probará por primera vez, en la práctica, qué tan cierta es la unidad de que hablan los líderes del chavismo, un asunto que podría resultar crucial en caso de que Chávez no regrese a la presidencia del país.
Los líderes de las dos corrientes más visibles dentro del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, Nicolás Maduro -vicepresidente ejecutivo- y Diosdado Cabello -presidente de la Asamblea Nacional- negaron el martes tener diferencias. «Nosotros estamos aquí, unidos, hermanados más que nunca y claritos de donde vienen los ataques», declaró Maduro.
Aunque se da por sentado que Cabello es el favorito para repetir como jefe de la Asamblea, algunos no descartan la posibilidad de que Maduro prefiera contar con un colaborador cercano en el cargo y promueva a su propio candidato.
La votación que se produzca en la Asamblea revelará si los dos líderes chavistas están unidos, como les ha pedido Chávez, o están labrándose caminos separados. Y si este es el caso, el nombramiento de la nueva directiva parlamentaria podría constituir una medición efectiva de fuerzas.
Según la Constitución, si se declara la falta de un presidente electo (que no ha asumido formalmente el cargo), corresponde al titular de la Asamblea Nacional asumir la presidencia temporal. De aplicarse esta disposición, Maduro -designado por Chávez como sucesor- quedaría fuera del cuadro. Al menos hasta que se celebren elecciones en un plazo de 30 días, y siempre y cuando logre imponerse primero como candidato y segundo como ganador.
Si Chávez se juramenta, la falta sería de un presidente en ejercicio. Entonces correspondería al vicepresidente ejercer la primera magistratura.
Tanto esto, como lo que pudiera ocurrir a continuación, depende en gran medida de decisiones e interpretaciones políticas y jurídicas.
El favorito para renovar el cargo es Diosdado Cabello, número dos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), considerado líder del ala militar del chavismo y que en algún momento fue tenido como el otro gran aspirante a suceder a Chávez junto al definitivamente elegido, el vicepresidente Nicolás Maduro.
La importancia de la posición de Cabello radica en que estará al frente de la institución el próximo 10 de enero, la fecha clave marcada por la Constitución venezolana como el inicio de un nuevo periodo presidencial al tiempo que nada hace pensar que Chávez vaya a estar en condiciones de tomar posesión.
De momento, aunque el propio Cabello ha dicho que el oficialismo sabe perfectamente lo que hará, nadie ha aclarado a qué va a pasar definitivamente, cómo se va interpretar la Constitución.
Para unos hay que declarar «falta absoluta» y convocar elecciones, otros hablan de «falta temporal» y que el titular de la AN asuma la presidencia por 90 días, y finalmente están los que, con Cabello a la cabeza, hablan de que la toma de posesión no tiene que hacerse necesariamente el 10 de enero.
Eso porque el artículo 231 de la Constitución tras establecer ese día y que se haga ante la Asamblea Nacional, agrega: «Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia».
El nuevo gobernador del Estado Anzoátegui, el diputado Aristóbulo Istúriz, hasta ahora primer vicepresidente de la AN, se sumó a esa tesis, al exigir el jueves que «cualquier interpretación debe partir del respeto a la voluntad popular.
«Efectivamente la Constitución establece una fecha para que el presidente se juramente, pero cualquier cuestión que lo impida, la misma Constitución da otras alternativas», agregó, igualmente sin aclarar esas opciones.
Esa alternativa es rechazada por la oposición, que reconoce que no se puede desconocer la elección por el agravamiento de la enfermedad y por eso mantiene abierta la puerta a la declaración de la falta temporal y a que el presidente de la Asamblea Nacional asuma las funciones presidenciales de forma temporal.
«O hay falta temporal o hay falta absoluta del presidente electo. Lo cierto es que el día 10 finaliza el mandato constitucional y comienza otro, eso no lo pueden modificar», dijo en conversación con BBC Mundo Ramón José Medina, secretario ejecutivo adjunto de la Mesa de Unidad (MUD).
Lo que propone la oposición, que no parece demasiado interesada en la «falta absoluta» y que haya elecciones, al menos de momento, es que se formalice algo que considera que ocurre ya «de facto», que el presidente no está ejerciendo sus funciones por la enfermedad.
«Si hay alguna decisión que se aparte a nuestro juicio de la Constitución, hay que ir al Tribunal Supremo, que es la instancia interna. Cuando agotemos las instancias nacionales, podemos acudir a las internacionales si corresponde», agregó Medina al tiempo que no mostraba mucha fe en la autoridad judicial venezolana que considera «cooptada» por el chavismo.
«Todo dependerá de lo que haga el gobierno», dijo.
Fuente: BBC Mundo