El tornado en Oklahoma alcanzó tres kilómetros de diámetro, duró unos 40 minutos y cumplió un recorrido de unos 32 kilómetros. El Centro de Predicción de Tormentas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica lo ubicó en la categoría EF4, con vientos de hasta 320 km/h.
Fuentes médicas cifran al menos 150 heridos por efectos del tornado (Foto: EFE)
Medios de comunicación estadounidenses reseñan que la cifra de víctimas por el potente tornado que azotó centro y sur del país aumentó a 91 fallecidos y al menos 150 heridos, entre los que destacan una gran cantidad de niños -20 muertos y 70 lesionados-, la gran mayoría en la ciudad de Oklahoma, capital del estado homónimo.
Autoridades estadales aseguran que el balance aumentará, debido a que muchas personas siguen atrapadas bajo los escombros y los equipos de rescate continúan en labores de búsqueda y rescate. El tornado arraso con cientos de casas, edificaciones y automóviles, además de destrozar por lo menos dos colegios, un cine y un hospital .
La escuela elemental Plaza Towers, en la localidad de Moore, quedó reducida a escombros, y han contabilizado, hasta ahora, siete menores fallecidos, y una decena de rescatados, aunque existe el temor de que muchos sigan atrapados.
El tornado alcanzó tres kilómetros de diámetro, duró unos 40 minutos y cumplió un recorrido de unos 32 kilómetros entre las poblaciones de Newcastle y Moore. El Centro de Predicción de Tormentas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica lo ubicó en la categoría EF4 (en una escala de cinco), con vientos de hasta 320 kilómetros por hora.
Este gigantesco tornado golpeó Oklahoma sólo unas horas después de que, entre domingo y lunes, otros tornados sacudieran el estado y se cobraran la vida de por lo menos dos personas, además de dejar decenas de heridos y unas trescientas casas destruidas.
Imágenes de la televisión muestran bloques de viviendas destruidos, automóviles apilados uno encima de otro y edificios en llamas. Testigos declararon que el tornado fue más feroz que el ocurrido el 3 de mayo de 1999, que dejó 40 fallecidos y destruyó miles de viviendas.
A través de un comunicado de la Casa Blanca, el presidente Barack Obama declaró “estado de desastre” en la zona, medida que abre la vía a ayudas federales para las zonas devastadas en los condados de Cleveland, Lincoln, McClain, Oklahoma y Pottawatomie.
De acuerdo con Obama, la Agencia Federal de Emergencias asignó un equipo de asistencia a disposición de las autoridades locales y estatales, para apoyarlas sobre el terreno en “todo lo que sea posible”.
En tanto, el alcalde local, Mick Cornett, manifestó a la prensa que los primeros equipos de emergencia «han sido desplegados» y que «el Estado y la Guardia Nacional se involucrarán» en las tareas de rescate.
En ese orden de ideas, el pasado día jueves 10 tornados golpearon el vecino estado de Texas (sur), dejando un balance final de seis personas fallecidas y varias decenas de heridos.
Por su parte, el servicio meteorológico pronosticó una probabilidad de más tornados en esta región de Estados Unidos, el país donde más fenómenos naturales de este tipo se registran anualmente (unos 200) y casi la mitad de ellos están dentro de las categorías intensas EF4 y EF5.