El reciente atentado ocurrido en Boston, durante un maratón internacional, ha dificultado aún más el debate sobre la reforma migratoria en Estados Unidos, tal y como se evidenció en una multitudinaria audiencia en un comité del Senado, donde varios republicanos pidieron demorar la reforma, propuesta que fue rechazada por el Gobierno de Barack Obama.
Los responsables del atentado en Boston son chechenos. (Foto: teletica.com)
El joven acusado del hecho perpetrado hace una semana, Dzhokhar Tsarnaev, estadounidense de 19 años y origen chechén, llegó a ese país en 2003 y obtuvo la ciudadanía el 11 de septiembre de 2012.
Su hermano mayor, Tamerlan, de 26 años, quien falleció durante un tiroteo con la policía el viernes pasado, también era residente legal.
«La semana pasada, detractores de la reforma migratoria integral comenzaron a explotar el atentado del maratón en Boston (…), no permitamos que alguien sea tan cruel como para intentar usar estos atroces ataques de estos dos jóvenes para descarrilar los sueños y futuro de millones de personas que trabajan duro», dijo al inicio de la audiencia el presidente del Comité Judicial del Senado, el demócrata Patrick Leahy.
A su vez, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo en su habitual rueda de prensa que «uno de los efectos positivos y una de las razones por las cuales necesitamos una reforma migratoria integral es porque, una vez puesta en marcha, fortalecerá nuestra seguridad nacional».
Desde antes de la presentación formal del proyecto de ley para la reforma migratoria, varios líderes republicanos, entre ellos los senadores Charles Grassley y Jeff Sessions, han sugerido demorar el proceso legislativo.
Sin embargo, a raíz del atentado, han vuelto a insistir en la necesidad de alargar el proceso y proceder con cautela.
El senador demócrata Charles Schumer, miembro del «Grupo de los ocho», de cuatro demócratas y cuatro republicanos que negoció el plan reformista en el Senado, criticó que algunos políticos utilicen el atentado como excusa «para no hacer nada o para demorar el proyecto de ley», aunque no los mencionó por su nombre.
La reforma en cuestión «añadirá miles de millones de dólares» a la economía y «haría más seguro a EE.UU.», subrayó Schumer.
Mientras, el republicano de mayor rango en el Comité, Charles Grassley, interrumpió a Schumer para negar que pretenda retrasar la reforma.
Replicó que anteriormente no acusó a los partidarios del control de armas, entre ellos Leahy, de aprovechar la masacre en Newtown (Connecticut) en diciembre pasado para acordar una reforma sobre la tenencia de armas.
El senador republicano por Carolina del Sur, Lindsey Graham, otro miembro del grupo negociador, afirmó: «Si el atentado de Boston nos dice algo, es que necesitamos ser conscientes de quiénes viven entre nosotros».
Para Graham, la reforma migratoria tiene que evitar los errores de la amnistía de 1986, fortalecer la seguridad fronteriza e impedir que las personas se queden en EE.UU. con visas vencidas, reseñaron agencias internacionales.
La segunda audiencia en el Comité, a la que fueron convocados una veintena de activistas a favor y en contra de la reforma, se centró en los principales elementos del plan para legalizar a la población indocumentada.