EFE
SANTO DOMINGO. Desde que el coronel Rafael Bienvenido Collado Ureña ayudó a cargar el féretro con los restos mortales de su amigo y compañero de promoción, el también coronel Amado González González, brazo derecho de David Figueroa Agosto, tanto la DEA, como la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) comenzaron a darle seguimiento a sus acciones en territorio dominicano.
Sin embargo, no fue hasta diciembre del año pasado cuando las autoridades antidrogas decomisaron cocaína líquida en el Aeropuerto Internacional de Las Américas y, tras una ardua investigación, vincularon el alijo con el oficial.
Ahí comenzó un servicio de inteligencia, paso a paso y minuto a minuto detrás de Collado Ureña, hasta culminar con su apresamiento en Puerto Rico, el pasado martes.
Oficiales de inteligencia de la República Dominicana, junto a un equipo de la Administración para el Control de Drogas (DEA) interrogan al coronel con el fin de establecer sus conexiones con cárteles de México y Sudamérica o de Centroamérica.
Este viernes,, un oficial que participa en la investigación que se lleva a cabo en la República Dominicana, reveló que se identifican posibles bienes del coronel, entre ellos plantas de gas y locales comerciales.
De acuerdo con el oficial, ya se bloquearon algunas cuentas bancarias y se trata de establecer otros activos que podrían pertenecer a Collado Ureña.
Sólo en este año, el oficial perteneciente al Ejército de la República Dominicana salió seis veces con destino a Puerto Rico y Miami, lo que alertó a las autoridades que desde diciembre había arreciado la vigilancia.
En una declaración dada a conocer por la DEA a raíz del apresamiento del coronel, el organismo dice que “Esta investigación internacional conjunta es símbolo de la interacción sólida que existe entre los agentes de ley y orden público en nuestra región (el Caribe). La corrupción en las ramas de ley y orden son un golpe bajo a nuestro equipo, y no lo vamos a tolerar”.
Asimismo, en un escueto comunicado emitido por la DNCD, el organismo advierte que “las autoridades dominicanas y estadounidenses mantienen la coordinación y continúan con el proceso de investigación en torno al caso, para determinar si hay otros implicados”, explicó.
Hasta el momento no se conoce de forma específica cuál era la presunta participación de Collado Ureña en la recién desmantelada red de narcótico que operaba entre la República Dominicana y Puerto Rico.
Mientras tanto, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) continúa la investigación en torno a un alijo de 980 kilogramos de cocaína decomisada en una lujosa vivienda del exclusivo sector de Juan Dolio, en San Pedro de Macorís.
Por el alijo fue apresado el colombiano Juan Perozo y se persigue a otros señalados como integrantes de una red de narcotráfico internacional con ramificaciones en Colombia y Venezuela.
SANTO DOMINGO. Desde que el coronel Rafael Bienvenido Collado Ureña ayudó a cargar el féretro con los restos mortales de su amigo y compañero de promoción, el también coronel Amado González González, brazo derecho de David Figueroa Agosto, tanto la DEA, como la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) comenzaron a darle seguimiento a sus acciones en territorio dominicano.
Sin embargo, no fue hasta diciembre del año pasado cuando las autoridades antidrogas decomisaron cocaína líquida en el Aeropuerto Internacional de Las Américas y, tras una ardua investigación, vincularon el alijo con el oficial.
Ahí comenzó un servicio de inteligencia, paso a paso y minuto a minuto detrás de Collado Ureña, hasta culminar con su apresamiento en Puerto Rico, el pasado martes.
Oficiales de inteligencia de la República Dominicana, junto a un equipo de la Administración para el Control de Drogas (DEA) interrogan al coronel con el fin de establecer sus conexiones con cárteles de México y Sudamérica o de Centroamérica.
Este viernes,, un oficial que participa en la investigación que se lleva a cabo en la República Dominicana, reveló que se identifican posibles bienes del coronel, entre ellos plantas de gas y locales comerciales.
De acuerdo con el oficial, ya se bloquearon algunas cuentas bancarias y se trata de establecer otros activos que podrían pertenecer a Collado Ureña.
Sólo en este año, el oficial perteneciente al Ejército de la República Dominicana salió seis veces con destino a Puerto Rico y Miami, lo que alertó a las autoridades que desde diciembre había arreciado la vigilancia.
En una declaración dada a conocer por la DEA a raíz del apresamiento del coronel, el organismo dice que “Esta investigación internacional conjunta es símbolo de la interacción sólida que existe entre los agentes de ley y orden público en nuestra región (el Caribe). La corrupción en las ramas de ley y orden son un golpe bajo a nuestro equipo, y no lo vamos a tolerar”.
Asimismo, en un escueto comunicado emitido por la DNCD, el organismo advierte que “las autoridades dominicanas y estadounidenses mantienen la coordinación y continúan con el proceso de investigación en torno al caso, para determinar si hay otros implicados”, explicó.
Hasta el momento no se conoce de forma específica cuál era la presunta participación de Collado Ureña en la recién desmantelada red de narcótico que operaba entre la República Dominicana y Puerto Rico.
Sigue investigación
Mientras tanto, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) continúa la investigación en torno a un alijo de 980 kilogramos de cocaína decomisada en una lujosa vivienda del exclusivo sector de Juan Dolio, en San Pedro de Macorís.
Por el alijo fue apresado el colombiano Juan Perozo y se persigue a otros señalados como integrantes de una red de narcotráfico internacional con ramificaciones en Colombia y Venezuela. El hombre está detenido en la cárcel preventiva del Palacio de Justicia de San Pedro de Macorís.
La Policía Nacional ha informado que la acción se llevó a cabo a las siete de la noche del martes, luego de más de una hora y media de operativos policiales en la zona. La droga llegó a la República Dominicana vía marítima, en una lancha rápida que al parecer la dejó por la costa Este del país donde fue recogida por varias personas y llevada a Juan Dolio desde donde se llevaría a los Estados Unidos y Europa.