Periodismo Interpretativo
Bailarinas de RD en Cabarets de Suiza son pobres y carecen de protección del Estado
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Por Elba García
La emigración de estas mujeres pobres dominicanas les ha permitido ayudar a su familia a salir de un mundo de profundas precariedades y limitaciones económicas.
La gran mayoría de las mujeres dominicanas que se mudan a Europa no han escogido la opción de ser trabajadoras sexuales, aunque son empujadas a esta degradante situación por las deudas contraídas y por el compromiso de mantener a sus familias que han quedado en la República Dominicana.
A pesar de que el trabajo sexual está legalizado en Suiza, las dominicanas lo ejercen de manera ilegal.
En el año 2010 habían registradas 10,604 trabajadoras sexuales de diferentes países, principalmente de Europa del Este, procedentes de países como Hungría, Rumania y Bulgaria, mientras que de Asia venían de Tailandia.
Las mujeres prostitutas de África provenían de Nigeria y de las naciones del Oeste de este continente, mientras que de Latinoamericana son originarias de países como Brasil y la República Dominicana, según un reportaje publicado recientemente en el periódico digital Acento.com.
Viajar a Suiza tiene un costo elevado, ya que la obtención de contratos laborales supone pagar una suma importante a las redes y a esto se suman los costos del pasaje, por lo cual las familias de las migrantes desembolsan grandes sumas de dinero con estos fines.
Para viajar, estas familias han vendido propiedades o animales o empeñado solares y han hecho préstamos que luego deben pagar.
En muchas ocasiones estas mujeres y sus familiares han sido objeto de chantajes con amenazas a los suyos en su país de origen, República Dominicana.
Al verse extorsionadas, estas mujeres sufren presiones psicológicas que las hacen vulnerables a practicar el trabajo sexual para poder cumplir con sus deudas contraídas.