AFP
- Dicha cantidad representa “casi el 3% de la población total” de estas regiones, según los autores del informe
WASHINGTON El calentamiento global podría forzar la migración de hasta 216 millones de personas para 2050, incluidos 17 millones en Latinoamérica, por escasez de agua, disminución de la producción agrícola o aumento del nivel del mar, advirtió el Banco Mundial, aunque estimó que esto es reversible.
“El cambio climático es un motor de migración cada vez más potente”, dijeron expertos de la institución en un informe publicado el lunes, señalando “la urgencia de actuar”, puesto que “los medios de vida y el bienestar humano se ponen cada vez más a prueba”.
Los datos surgen de la actualización del informe Groundswell, publicado por primera vez en 2018 y centrado entonces en tres regiones del mundo: África subsahariana, Asia meridional y América Latina.
El Banco Mundial había proyectado entonces 143 millones de “migrantes climáticos” para 2050 para estas partes del mundo en desarrollo.
Ahora, se agregaron otras tres zonas: Asia Oriental y el Pacífico, África del Norte y el área que comprende Europa Oriental y Asia Central, para proporcionar una “estimación global” de la escala de la migración potencial en los países más pobres, dijo Juergen Voegele, vicepresidente de desarrollo sostenible del Banco Mundial.
Los 216 millones representan “casi el 3% de la población total” de estas regiones, según los autores del informe.
Pero el número podría ser mayor en la medida en que el Banco Mundial no cuenta a los migrantes de América del Norte, los países ricos de Europa o incluso Medio Oriente, donde los desastres climáticos han sido devastadores.
“No en piedra”
“Es importante señalar que esta proyección no está grabada en piedra”, dijo Veogele, sin embargo.
“Si los países comienzan ahora a reducir los gases de efecto invernadero, a cerrar las brechas de desarrollo, a restaurar ecosistemas vitales y ayudar a las personas a adaptarse, la migración climática interna podría reducirse hasta en un 80 %, a 44 millones de personas para 2050”, explicó.
Por el contrario, sin acciones decisivas, podría haber “puntos críticos” de migración climática, advirtió, con repercusiones significativas para las regiones de acogida, a menudo mal preparadas para recibir muchos migrantes adicionales.
“La trayectoria de la migración climática interna en el próximo medio siglo depende de nuestra acción colectiva sobre el cambio climático y el desarrollo en los próximos años”, concluyó Voegele, instando a la acción “ahora”.
“No todas las migraciones se pueden evitar”, indicó. Pero “si se gestionan bien, los cambios en la distribución de la población pueden ser parte de una estrategia de supervivencia eficaz, permitiendo a las personas salir de la pobreza y construir medios de vida resilientes”.
Por ahora, el Banco Mundial predice que, para 2050, África subsahariana podría tener hasta 86 millones de migrantes climáticos internos; Asia Oriental y el Pacífico, 49 millones; Asia meridional, 40 millones; África del Norte, 19 millones; América Latina, 17 millones; y Europa del Este y Asia Central, 5 millones.
“Puntos críticos”
La actualización del informe publicada el lunes cita varios ejemplos, incluido el del norte de África, donde la cuestión de la disponibilidad de agua es el principal impulsor de la migración climática interna.
El estrés hídrico ya ha empujado a las poblaciones de las zonas no costeras y del interior a marcharse, en particular en la costa noroeste de Argelia, el oeste y sur de Marruecos y las estribaciones de las montañas del Atlas.
La ciudad de Alejandría en Egipto, y las partes oriental y occidental del delta del río Nilo, “podrían convertirse en puntos críticos de emigración debido tanto a la disminución de la disponibilidad de agua como al aumento del nivel del mar”, según el informe.
Mientras tanto, El Cairo, Argel, Túnez, Trípoli, el corredor Casablanca-Rabat y Tánger podrían convertirse en “puntos críticos de afluencia migratoria”.
A nivel mundial, el Banco Mundial advirtió que “los impactos del cambio climático afectarán más a las regiones más pobres y vulnerables y amenazarán con revertir los logros del desarrollo”. Y “en algunos lugares, surgirán cuestiones de habitabilidad”.