Vista de los visitantes de Belén
BELEN, Cisjordania.- Miles de peregrinos cristianos, entre ellos la alta representante europea Catherine Ashton, participan este miércoles en los festejos de Navidad, mientras en la franja de Gaza la espiral de violencia parece sucumbir al interés de Hamás e Israel por preservar la calma.
La pequeña Belén, que cada 25 de diciembre reivindica su lugar de supremacía espiritual en el mundo cristiano, era esta jornada un hervidero de turistas, una gran parte de ellos peregrinos que pasaban por la Basílica de la Natividad para arrodillarse ante la estrella que marca el lugar del nacimiento de Jesús.
Las colas a la entrada de la Basílica eran considerables, constató y gentes de todo el mundo paseaban esta mañana por los principales lugares santos de la ciudad, y entre las tiendas y mercadillos. Unos 10.000 visitantes pasaron la Nochebuena en hoteles de la ciudad, mientras que el resto iban y venían desde la cercana Jerusalén a sólo siete kilómetros.
«Estuvimos anoche en la Misa del Gallo y este miércoles tenemos previsto volver otra vez para ver la ciudad de día y pasear por los lugares santos», dijo Marta Rincón, una española para la que pasar la Navidad en Belén es «todo un sueño».
Las estadísticas del Ministerio palestino de Turismo indican que alrededor de 50.000 personas, entre peregrinos extranjeros y cristianos palestinos de la zona, entraron en Belén desde ayer para celebrar la Navidad y participar en la Misa.
Entre sus peregrinas de honor se encontraba la alta representante europea de política de Política Exterior, Ashton, que participó en la ceremonia a título privado al lado del presidente palestino, Mahmud Abás; el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Rami Hamdala, y el ministro jordano de Asuntos Exteriores, Naser Judeh.
También estaba prevista la participación de los ministros de Turismo de Egipto, Baréin, Catar y Túnez, cancelada porque el Ministerio israelí de Exteriores negó los permisos de entrada a los dos últimos, informa este miércoles el diario Haaretz.
El medio conjetura con que no se les concedió el permiso por negarse a tratar mínimamente con los representantes israelíes para gestionar la visita y agrega que los de Egipto y Baréin cancelaron su llegada en solidaridad con sus colegas tunecino y catarí.
En su homilía, el patriarca latino de Jerusalén, Fuad Twal, abogó por una «solución justa» al conflicto de Oriente Medio, y en un mensaje a los palestinos y a la comunidad internacional pidió no olvidar los problemas diarios en Cisjordania y Gaza.
«Los prisioneros y familias que esperan su liberación, los pobres que han perdido su tierra y han visto demolidas sus casas, familias que esperan poder reunirse de nuevo, aquellos sin trabajo y que sufren la crisis económica», dijo.
Como ya hizo la semana pasada en su mensaje navideño, el religioso pidió ser «optimistas» para renovar «la esperanza de que esta tierra, hogar de las tres religiones monoteístas, se convertirá un día en un paraíso de paz para todos los pueblos».
Una paz que se vio alterada de nuevo a apenas cien kilómetros de Belén, en la zona fronteriza entre Gaza e Israel, donde ayer tuvieron lugar los peores choques armados desde la operación militar israelí Pilar Defensivo en noviembre de 2012.
La muerte de un operario israelí por un único disparo de un francotirador palestino apostado en la franja, miembro de los Comités Populares de Resistencia (CPR), desencadenó una virulenta respuesta del Ejército israelí, que atacó al menos cinco posiciones de las fuerzas de seguridad de Gaza y de los brazos armados de Hamás y la Yihad Islámica.
El bombardeo aéreo causó la muerte a una niña de 3 años y heridas a otras siete personas, entre ellas su madre y dos hermanos. En las últimas horas la calma a ambos lados de la frontera parece restaurada por el interés de los gobiernos de Hamás y de Israel de no provocar una escalada. En represalia por la muerte de su operario, un beduino que trabajaba en la valla fronteriza, el ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalón, ordenó hoy el cierre hasta nuevo aviso del paso de Kerem Shalom, por el que Gaza se abastece.
Ihab al Husein, portavoz del gobierno islamista de Hamás, calificó la decisión de «castigo colectivo», y afirmó que viola las leyes internacionales al hacer más férreo el bloqueo que impuso a Gaza en 2007.