ROMA.- El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi y otras 44 personas, entre ellas algunas de las jóvenes invitadas a sus fiestas privadas, están siendo investigados por la Fiscalía de Milán por los supuestos falsos testimonios que dieron durante el juicio del caso Ruby.
Según informó hoy el fiscal jefe de Milán, Edmondo Bruti Liberati, esta investigación, conocida como «Ruby Ter», llega por las indicaciones dadas a la Fiscalía por los jueces encargados de los dos juicios celebrados por este caso para que investigase un supuesto delito de falso testimonio y corrupción de testigos.
Berlusconi, así como sus abogados Niccolò Ghedini y Piero Longo, figuran en el registro de indagados por un supuesto delito de corrupción en acto judicial por haber podido inducir a sus testigos a prestar falso testimonio, según las conclusiones a las que llegan los medios italianos.
La Fiscalía de Milán ha decidido abrir esta investigación como un «acto debido» tras las indicaciones de los jueces que se encargaron del caso Ruby en primera instancia en sus dos ramificaciones, que condenaron al ex primer ministro el pasado 24 de junio a 7 años de prisión y a inhabilitación perpetua para cargo público por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores.
La otra rama del proceso, que quedó separada de la de Berlusconi ante los parones que sufrió por las leyes de inmunidad por el entonces primer ministro, vio condenados el pasado 19 de julio a penas de entre 5 y 7 años de cárcel por inducción a la prostitución y proxenetismo a tres personas del entorno de Berlusconi, Lele Mora, Emilio Fede y Nicole Minetti.
En las justificaciones de sus sentencias, los jueces consideraron que Berlusconi podía haber pagado a las chicas que fueron llamadas como testigos para que cambiaran su versión de los hechos, por lo que algunas de las jóvenes que declararon son ahora investigadas por supuesto falso testimonio.
Entre las investigadas, según los medios italianos, figura la principal protagonista del caso, la joven marroquí Karima El Marough, alias Ruby, con la que Berlusconi pudo mantener relaciones sexuales de pago cuando ésta no había cumplido aún 18 años y a la que sacó de comisaría una noche en Milán tras realizar una llamada cuando era primer ministro presionando a los agentes.
La posible corrupción que Berlusconi cometió y por la que se le investiga ahora se centra en las sospechas de los jueces de la finalidad del ingreso de 2.500 euros mensuales que pudieron recibir las chicas de parte de «il Cavaliere».
De hecho, los jueces que se encargaron del caso Ruby incidieron en su sentencia que en una reunión el 15 de enero de 2011, tras los registros a las jóvenes, Berlusconi las convocó a una reunión con sus abogados en su mansión de Arcore, próxima a Milán, tras la que empezaron a recibir esa cantidad de dinero mensual.
Tras conocerse su inscripción en el registro de los investigados, Berlusconi, quien en noviembre fue expulsado del Senado por su condena en firme a 4 años de prisión por fraude fiscal, divulgó un mensaje en el que insiste en que en los últimos 20 años una «cierta magistratura politizada aliada con la izquierda» ha intentado destruirle por ser el único obstáculo que tenían para el poder.
«Estoy aquí y sigo aquí, sintiendo sobre mí clara y fuerte toda la responsabilidad que me viene de la confianza y del voto de los ciudadanos. Sigo en el campo político, más convencido que nunca de tener que combatir hasta el final para ver prevalecer aquello en lo que creo profundamente», dice el ex primer ministro.
«El de la Justicia es de verdad uno de los primeros problemas del país. Un problema que afecta a todos los ámbitos de nuestra vida: desde las libertades fundamentales a la representación democrática y la economía», añade.