Cuando recuerdo este pensamiento, lo relaciono con Berniza Calderón, profesora investigadora del área de Ciencias de la Salud, del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). ¿Por Qué?. Simple: Ella es una joven oriunda de Yamasá, que desde que tiene uso de razón quería ser médico para servir a los demás.
Hija de José Arismendy Calderón y Crucita Pineda, desde su niñez sabía lo que quería, cómo hacerlo fue la incógnita que la mantuvo en vilo hasta que obtuvo el “Premio Extraordinario de Doctorado”, en la Universidad de Alcalá de Henares, gracias a su tesis “Hipogonadismo masculino asociado a la obesidad moderada grave y su tratamiento mediante cirugía bariátrica”.
Cuando le otorgan esta distinción, primera vez que una dominicana la recibe, se da cuenta del reto que le espera en su país y el camino por recorren en el campo de la medicina, en especial, la endocrinología.
Su hábitat y el hecho de ser hija de dos profesores, quizá la influenciara a querer ayudar a los demás. Recuerda que cursó sus estudios básicos y secundarios en la escuela primaria Fray Pedro de Córdoba y en el Liceo San Martín de Porres respectivamente. Ambos en su pueblo natal , Yamasá, provincia Monte Plata.
Cuenta que su desempeño fue galardonada en varias ocasiones con el premio al Mérito Estudiantil. Todos estos logros la impulsan a seguir con su meta de estudiar medicina general en la Universidad Autónoma Santo Domingo (UASD), graduándose Magna Cum Laude.
Para continuar en la realización de su meta viajó a España. Allí hizo una Especialidad en Endocrinología y Nutrición (Hospital Universitario Ramón y Cajal), y su Doctorado en Obesidad e Infertilidad Masculina en la Universidad Alcalá de Henares, obteniendo la Mención Cum Laude, premio Extraordinario de Doctorado.
Ha recibido entrenamiento en seminología en la Fundaciò Puigvert y rotante del programa Iniciativa en Diabetes para los Latinos de la Joslin Diabetes Center, Boston, institución afiliada a Harvard.
Ahora trabaja para desarrollar en el país proyectos de investigación que contribuirán a mejorar la salud de los dominicanos. llegar a esta meta le da fuerzas para continuar: «Amo profundamente mi país y he vivido con la idea de trabajar para crear una generación de médicos científicos en el país. hay mucho gente trabajando, pero no tenemos una gran cultura de investigación, la clave para tener una medicina de excelencia. Por eso yo regresé a Republica Dominicana».
Berniza tiene una sonrisa a flor de labios que cautiva. Sus amigos dicen que ella no se detiene, que siempre está aportando para mejorar la vida de las personas en su entorno.
Más íntima
Ama la poesía, bailar, viajar y cuando le preguntan por un lugar favorito piensa en su casa materna, rodeada de sus padres, quienes le enseñaron la importancia de los valores y a que la vida todo se consigue con sacrificios y entrega.