De esta forma, dijo Blinken en un comunicado, el Gobierno de EE.UU. da los «primeros pasos concretos» para lograr una mayor «asociación y colaboración» en la región trazada por el presidente Joe Biden, que desde que llegó a la Casa Blanca está desmantelando la política migratoria de su predecesor.
«De acuerdo con la visión del Presidente, hemos notificado a los gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras que Estados Unidos está tomando esta acción a medida que comienzan los esfuerzos para establecer un enfoque cooperativo y mutuamente respetuoso para gestionar la migración en la región», dijo Blinken.
El Gobierno de Guatemala ya había informado el pasado viernes de que Estados Unidos había puesto fin al denominado acuerdo de «tercer país seguro», firmado en julio de 2019 por el gobierno Trump y el presidente local en aquel momento, Jimmy Morales (2016-2020).
Las transferencias bajo el convenio entre EE.UU. y Guatemala estaban suspendidas desde mediados de marzo de 2020 debido a la pandemia de la covid-19, y los acuerdos con El Salvador y Honduras nunca se implementaron, explicó el Departamento de Estado.
«Para ser claros, estas acciones no significan que la frontera de Estados Unidos esté abierta», dijo Blinken, que, indicó que el actual Gobierno de EE.UU. cree que hay «formas más adecuadas de trabajar» con estos países para «gestionar» la migración en toda la región que la desarrollada por el equipo de Trump, que hizo de la dura política migratoria una de sus principales señas de identidad.
En una orden ejecutiva firmada esta semana, Biden apostó por abordar las causas de la migración, gestionar la migración en la región y «proporcionar un procesamiento seguro y ordenado» de los solicitantes de asilo en la frontera, señala el comunicado de este sábado.
Hasta febrero de 2020, según datos oficiales de Guatemala, aproximadamente 700 migrantes hondureños y salvadoreños fueron deportados desde Estados Unidos a Guatemala bajo el marco del ACA.
El acuerdo fue rubricado originalmente el 26 de julio de 2019 y convirtió a Guatemala en «tercer país seguro», una figura mediante la cual EE.UU. estaba autorizado para enviar migrantes salvadoreños y hondureños deportados a su territorio.
Estados Unidos tiene entre sus planes ayudar al llamado Triángulo Norte de Centroamérica con el objetivo de promover las oportunidades y la prosperidad para las personas y las comunidades en toda la región.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reveló un día después de su primera conversación telefónica con Biden desde que este último llegó al poder que EE.UU. se comprometió a destinar 4.000 millones de dólares para impulsar el desarrollo de Honduras, El Salvador y Guatemala y frenar así la migración forzada.
En los últimos meses se ha registrado un notable aumento de la llegada de inmigrantes indocumentados a la frontera de EE.UU. con México y los republicanos apuntan que esa tendencia se mantendrá ahora que Biden llegó a la Casa Blanca y ha comenzado a desenredar la maraña de medidas migratorias de Trump.
El líder demócrata suspendió la construcción del muro fronterizo con México, ordenó crear un grupo de trabajo para reunificar a los menores que fueron separados de sus padres tras cruzar la frontera y dio instrucciones para revisar el programa Protocolos de Protección a Migrantes, también conocido como «Quédate en México», por el cual más de 60.000 solicitantes de asilo fueron devueltos a ese país para esperar por su proceso.