Blas Peralta: Un ser Despreciable

El ex-rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Mateo Aquino Fabrellet, perdió la vida de manos de un hombre que se merece todos los calificativos del mundo.

No sólo ha hecho decenas de travesuras que violentan la ley y la tranquilidad de mucha gente, sino también que en el presente caso ha querido salirse con la suya.

Ha intentado comprar hasta los testigos de cómo ocurrieron los hechos, porque estamos frente a un verdadero bandido, comprometido con crímenes como el cometido cobardemente en contra del ex-rector de la UASD.

Ha logrado que se produzcan una serie de reenvíos para que no se haga justicia en el caso, lo cual demuestra que se está frente a un verdadero demonio, capaz de incurrir en el peor de los ilícitos penales.

La justicia tiene un gran reto con Blas Peralta, naturalmente siempre partiendo de la presunción de inocencia, ya que es uno de los individuos que empaña mucho más la imagen del tercer poder del Estado con groseras manipulaciones, cuya principal responsabilidad es preservar el estado de derecho.

Este Blas Peralta fue presentado como candidato a diputado por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), así como las demás organizaciones tradicionales llevaron como tales a legisladores y a personas muy oscuras de los sectores transporte y banca de loterías y apuestas.

El sistema de partidos tradicionales tiene una deuda pendiente con la sociedad por haber recurrido a las peores lacras para convertirlos en alcaldes, regidores, diputados y senadores, cuyo ejemplo de esta afirmación lo constituye Blas Peralta y otros tantos que hoy deciden desde la administración pública el destino de los dominicanos.

Todavía hay quienes se atreven a preguntarse si Blas Peralta es el responsable del asesinato de Aquino Fabrellet, cuando la mayoría de la gente no tiene ninguna duda que se está frente al peor de los criminales y delincuentes que tiene la República Dominicana.

Lo penoso de todo esto es que el país está lleno de Blas Peralta, personas que no tienen ningún escrúpulo, pero éstos son los individuos que cuentan con mayores posibilidades de jugar con una justicia corrompida y nauseabunda.

Qué será de la sociedad dominicana con el peligroso proceso de degradación que la ataca por los cuatro puntos cardinales, sin que nadie esgrima un discurso que busque alejarla del camino de la peligrosidad y la inmundicia.