Un pequeño grupo de manifestantes pasó su tercera noche acampado frente a la residencia particular del gobernador del estado brasileño de Río de Janeiro (EFE)
Bogotá, (EFE).- Las protestas en Brasil incuban la «primavera» de América Latina, el continente más desigual del mundo, afectado por diversos conflictos y cuyos ciudadanos inconformes interactúan a través de las redes sociales, estiman analistas consultados por Efe.
Brasil, sexta economía del planeta y cinco veces ganador del Mundial de Fútbol, es escenario de nutridas manifestaciones que obligaron a la presidenta del país, la exguerrillera de izquierda Dilma Rousseff, a reconocer el valor de «la voz de la calle» y a invitar a los líderes de la protesta a un diálogo para discutir un Pacto Nacional que propuso en respuesta al descontento popular.
Aunque las marchas callejeras empezaron en Sao Paulo para rechazar el alza del transporte público, los manifestantes denuncian también la corrupción rampante y piden mayor inversión en salud y
educación, en vez de utilizar los fondos públicos en estadios deportivos, acusación ésta última que el Gobierno niega.
«Lo que ocurre en Brasil está despertando un sentimiento latinoamericano de reclamos por la equidad social, la lucha contra la pobreza y mayores espacios de participación política, y puede extenderse al resto del continente a través de las redes sociales», dijo a Efe el analista colombiano Juan Alberto Pineda, profesor universitario de comercio internacional y derecho constitucional.
«Creo que se está incubando una ‘primavera latinoamericana’ con origen en el país más extenso y rico de la región, y que se precia de haber rescatado de la pobreza a millones de personas en los últimos años», añadió Pineda.
El experto colombiano Fernando Giraldo señaló, por su parte, que América Latina «marcha hacia una situación muy compleja, debido a que la gente empieza a decir ‘basta ya’ ante las malas políticas públicas, la corrupción, la desigualdad social y la concentración de la riqueza».
«Estamos en los albores de un ‘efecto dominó’ y del caso de indignación colectiva parecido al registrado en países de la Unión Europea (UE) y el Mundo Árabe, si bien Latinoamérica tiene sus particularidades», enfatizó Giraldo, politólogo y consultor internacional sobre asuntos de desarrollo.
Otros países latinoamericanos viven agitaciones sociales y políticas, aunque por causas distintas a las que desataron las protestas en Brasil.
Así, los mexicanos protestan a menudo por la violencia asociada al narcotráfico y la pobreza que afecta a la mitad de la población de la segunda economía latinoamericana.
Unos 14.000 campesinos exigen tierras en una región colombiana fronteriza con Venezuela, en medio del conflicto armado que afecta a la nación andina desde hace medio siglo y tras revelarse cifras que
sitúan a Colombia como uno de los tres países más desiguales de América Latina, a la vez el continente más desigual del mundo.
«Viendo lo que está sucediendo en las calles de Sao Paulo en donde se ha gestado un movimiento de indignados a partir de una chispa que prendió un descontento que los políticos no detectaron, me pregunto a cuánto estaremos de que se prenda la nuestra», escribió la columnista María Jimena Duzán en un artículo para la
revista Semana titulado: «¿A cuánto estamos de una primavera colombiana?».
En la petrolera Venezuela, país en el que se registran cada año protestas de todo tipo, los docentes y estudiantes universitarios han reclamado en las últimas semanas mejores salarios y más recursos para la educación, mientras que el presidente, Nicolás Maduro, ha acusado a los manifestantes de tratar de desestabilizar al Gobierno.
Por su parte, unas tres mil personas recorrieron el pasado viernes las calles de Asunción tras congregarse frente al Congreso para denunciar la corrupción y criticar a la clase política paraguaya.
El Gobierno del presidente boliviano, Evo Morales, enfrentó en mayo pasado fuertes protestas sindicales para exigir la mejora de las pensiones de jubilación en el país, un conflicto que incluyó marchas y bloqueos de carreteras, como es habitual en el país.
Centroamérica, región afectada en el pasado por conflictos armados, registra protestas por diversos motivos en las últimas semanas, aunque la más reciente es la de Nicaragua, donde cientos de ancianos que demandan una pensión básica, de unos 125 dólares mensuales, se tomaron las instalaciones del Instituto de Seguridad Social, de donde fueron sacados por la Policía.