Región. El presidente de Brasil, Michel Temer, derecha, participa junto al ministro de Agricultura, Blairo Maggi ayer en la firma del decreto que prevé el Reglamento de la Propiedad Industrial en el Palacio Presidencial, ayer.
Brasilia.-Las alarmas políticas volvieron a sonar ayer en Brasil, que podría perder a su segundo presidente en menos de un año por supuesta corrupción en la campaña que llevó al poder a la destituida Dilma Rousseff y al actual mandatario, Michel Temer, a la vicepresidencia.
Las finanzas de la campaña de la fórmula que encabezó Rousseff en 2014 serán juzgadas a partir de la semana próxima en la justicia electoral y, si se comprobasen irregularidades, el triunfo en las urnas sería anulado y con ello se pondría fin al mandato de Temer.
En el caso de Rousseff, sería casi una “segunda destitución”, pues perdió el cargo por violaciones a las leyes de los presupuestos en un juicio político que concluyó en agosto pasado, tras el cual Temer heredó el poder por su condición de vicepresidente.
La acusación contra la fórmula Rousseff-Temer fue presentada por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en 2015 y trata sobre supuestos hechos de corrupción y abuso económico en la campaña del año anterior.
Uno de los puntos sostiene que la campaña que llevó a Rousseff a la reelección en 2014 fue financiada en parte con recursos desviados de la vasta red de corrupción que operó en la estatal Petrobras, lo cual ha sido ratificado en declaraciones que han dado a la justicia exdirectivos del grupo Odebrecht. Rousseff y Temer, que rompieron todas sus relaciones desde que se inició el proceso que llevó a la destitución de la exmandataria, se defienden por separado en este caso, aunque coinciden en negar las acusaciones.
Los abogados de Temer, además, pidieron que el Tribunal Superior Electoral los juzgue individualmente, pues sostienen que cada uno tuvo sus propios finanzas.
“Debe haber una separación de responsabilidades, porque no hubo ninguna actuación del presidente Temer en hechos de recaudación ilícita de recursos y no podría ser condenado por lo que no hizo”, dijo hoy el abogado del mandatario, Gustavo Guedes. “Temer abrió su propia cuenta bancaria para la campaña, hizo su propia recaudación y declaró por completo sus propios gastos, con lo cual está plenamente demostrado que no participó en los asuntos que fundamentan la acusación”, apuntó.
PAPA CONDENA VIOLENCIA EN CONTRA DE LAS MUJERES
Según los valores declarados tras las elecciones de 2014, el comité de campaña de Dilma Rousseff gastó para esos comicios un total de 318 millones de reales (hoy unos 102 millones de dólares). A ese total, Temer dice haber aportado sólo unos 20 millones de reales (6,4 millones de dólares), que recaudó por su cuenta.
Guedes subrayó el “impacto social y económico” que puede generar el juicio, por lo que sostuvo que el proceso debería ser “anulado”, sobre todo porque las propias autoridades electorales ya hace tres años que aprobaron las cuentas de esa campaña. De ese mismo argumento se vale la defensa de Rousseff, que pide también la anulación del proceso, aunque se niega a que las finanzas de uno y otro sean separadas.