La muerte infantil se redujo de un 50,7 por ciento a un 17,7 por ciento al cierre del 2011.
Brasil logró disminuir la mortalidad infantil de un 50,7 por ciento a un 17,7 por ciento al cierre del 2011, cumpliendo de esta forma uno de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) cuatro años antes de la fecha fijada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El país consiguió dicha meta cuatro años antes de los previsto, al pasar de 53,7 muertes por cada mil niños nacidos, en 1990, hasta 17,7, en 2011, de acuerdo con el 5° Informe Nacional de Seguimiento de los ODM.
Brasil también alcanzó en 2012 el objetivo fijado por la ONU de reducir la pobreza extrema y el hambre a la mitad desde 1990.
Al respecto, la presidenta brasileña Dilma Rousseff aseguró que “el nivel de mortalidad todavía es elevado. Por esa razón, mucho énfasis ha sido otorgado a las políticas, a los programas y a las acciones que contribuyen para la reducción de la mortalidad en la infancia”.
El gobierno trabaja en programas sociales que garantizan la estabilidad de los infantes y de las madres cuando se encuentran en período de gestación.
Lucha contra la pobreza
Para el ministro de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República, Marcelo Neri, “hace algunos años la meta de la reducción de la extrema pobreza en Brasil se minimizó”.
Sin embargo, subrayó que se deben sumar mayores esfuerzos para dar frente a una realidad que afecta a muchas familias brasileñas.
Agradeció la colaboración de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), por su apoyo a las políticas de Gobierno de la presidenta Rousseff.
“El nivel de pobreza extrema alcanzó el 3,6 por ciento, más de diez puntos porcentuales por debajo que en 1990, cuando el 13,4 por ciento de la población vivía con aproximadamente un dólar al día”, dijo Neri.