El duque de York se ha visto salpicado estos días por el escándalo de su amigo Jeffrey Epstein, imputado por tráfico sexual de menores y encontrado muerto la pasada semana
Epstein, de 66 años, fue reclamado por la justicia por crear una red para abusar de decenas de niñas en sus mansiones de Nueva York y Florida, y el pasado sábado aparentemente se suicidó al colgarse en su celda de la cárcel federal de Manhattan.
Este incidente ocurrió después de que un juez de los Estados Unidos revelase unos documentos en los que se explicaban las prácticas de Epstein y en los que aparecía mencionado el duque de York.
Los documentos señalaban que Andrés había sido acusado de tocar el pecho de una “joven colegiala” llamada Johanna Sjoberg en la casa de Epstein en 2001.
Ante esto, el Palacio de Buckingham ha hecho público un comunicado calificando las acusaciones como “categóricamente falsas”.
“Este es un procedimiento que se lleva a cabo en los Estados Unidos, del que el duque de York no forma parte. Cualquier insinuación -de que él haya cometido- actos ilegales contra menores es categóricamente falsa”, subraya el texto.
Andrés y Epstein se conocieron en los 90, a través de una amiga en común llamada Ghislaine Maxwell, hija de Robert Maxwell, un exitoso empresario de la prensa.
En los años venideros, se les pudo ver de vacaciones en lugares comunes e, incluso, el príncipe invitó a Epstein a la casa de campo de la familia real en Sandringham y al castillo de Windsor.
Después de que Epstein fuera juzgado en 2008 y condenado a 18 meses de prisión en 2010, ambos fueron fotografiados juntos en Nueva York, lo que obligó al príncipe a pedir disculpas, a declarar que había roto su relación con el imputado y a dimitir de su cargo de representante del Reino Unido para el Comercio Exterior.
En estos momentos, el príncipe Andrés se encuentra de vacaciones junto a la reina Isabell II en su residencia de Balmoral, en Aberdeenshire (Escocia).