CABO CAÑAVERAL, Florida, Estados Unidos (AP) — Dos astronautas realizaron el sábado un apresurado paseo espacial para localizar, y posiblemente arreglar, una fuga importante en la Estación Espacial Internacional.
Copos congelados de amoniaco refrigerante fueron descubiertos el jueves flotando a lo largo del fuselaje que sujeta los paneles solares, en la parte izquierda de la instalación. Menos de 48 horas después, Thomas Marshburn y Christopher Cassidy abandonaron el laboratorio orbital en busca de la fuga. Estaban dispuestos a reemplazar una bomba, de ser necesario.
La NASA dijo que la fuga, aunque es importante, no plantea un peligro para la seguridad. Empero, los gerentes del vuelo quieren solucionar el problema ahora, recién ocurrido, y antes que Marshburn regrese a la Tierra dentro de unos días.
La agencia especial nunca preparó una caminata espacial tan rápida e improvisada de una tripulación. Incluso durante la época de los transbordadores, los paseos súbitos fueron inusuales.
Al comienzo del paseo espacial, ninguno de los astronautas vio fuga alguna de amoniaco u otro desperfecto al llegar al lugar afectado, e iniciaron una rigurosa inspección.
«No veo nada anómalo «, dijo Cassidy. Destacó algunas manchas, pero nada más.
Los astronautas necesitan tomar fotos del equipo, pero la conexión con el flash de la cámara no funcionaba y Marshburn tuvo que esperar hasta que la estación espacial pasara por el lado solar de la Tierra.
Los controladores del vuelo trabajan en Houston en la operación del sábado, completando todos los preparativos requeridos en menos de 48 horas. Los astronautas se han entrenado para emergencias de este tipo hasta de su partida al espacio.
Esta área de la estación especial sufre frecuentes fugas. El amoniaco que circula por las tuberías es utilizado para enfriar el sistema electrónico de la estación espacial. Hay 8 canales de ese tipo y los otros siete funcionaban normalmente. Debido a ello, la vida de los seis residentes de la estación especial quedaría mayormente invariable, salvo por el drama que supone el incidente del sábado a 350 kilómetros (255 millas) de la Tierra.