SANTO DOMINGO.- Cada senador y diputado le costó RD$23.8 millones al pueblo dominicano el año pasado, según un estudio realizado por los expertos Ernesto Selman y Gabriela Fernández Leroux.
La suma representa un incremento de más de 206 por ciento con respecto a lo que un congresista costó al Estado en el 2004, cuando salió por RD$8.2 millones, es decir, unos US$204,000.
Los especialistas resaltan que al comparar estos montos con otras naciones de América Latina, se hace evidente lo costoso del sistema legislativo dominicano.
En el estudio publicado en el portal digital del Centro Regional de Estrategias Económicas y Sociales (CREES), Selman y Fernández Leroux indican que mientras el gasto legislativo creció un 240 por ciento entre el 2004 y el 2011, el gasto público, durante el mismo período, aumentó en 151 por ciento.
Por otro lado, los expertos destacan que el aumento en el gasto del Congreso ha sido más que proporcional al incremento del número de legisladores, provocando que cada representante sea cada vez más costoso para el ciudadano.
En una nota publicada por el periódico HOY, los especialistas expresaron que, a excepción de Costa Rica, los cuatro países que superan al país en gasto por legislador, a saber son Argentina, México, Chile y Perú, son economías significativamente mayores que la la dominicana, tanto en términos de producción como de población.
Respecto a Bolivia, que tiene una economía similar a este país, República Dominicana gasta cuatro veces más que el monto de las erogaciones hechas en cada legislador boliviano, resaltaron.
Manifestaron que con 222 legisladores, República Dominicana es actualmente el país con mayor cantidad de miembros en su cuerpo legislativo de América Central y el Caribe.
Cada legislador costó al ciudadano dominicano US$13.4 y ganó 12.5 veces más ingresos que el habitante promedio.
Pese a la gran cantidad de recursos que se destinan a los legisladores, que tiende a aumentar cada año, su labor no es bien valorada por la población, expresan.
Según el estudio, el Congreso dominicano es tan costoso, y en algunos casos más costoso, que su homólogo en las grandes economías latinoamericanas, como son Argentina, México, Brasil y Chile.
En 2011, cada congresista costó al ciudadano US$13.4 y ganó 12.5 veces más ingresos que el habitante promedio.