El líder niega informes de que fue grabado aprobando pagos para silenciar a un ex aliado de la coalición y rechaza las peticiones de dimisión.
Las denuncias de que el presidente de Brasil ha sido grabado refrendando pagos de sobornos sacudió a los mercados financieros del país el jueves, causando un brusco descenso de las acciones y la moneda brasileña en medio de los temores de los inversionistas de que su gobierno colapse.
Los cargos contra Michel Temer, publicados en el importante diario O Globo, obligaron a los reguladores del mercado a suspender operaciones de la bolsa después de que el índice Ibovespa cayó un 10.47 por ciento en las operaciones matutinas.
El real brasileño se debilitó un 5.82 por ciento frente al dólar a causa de los temores de que las acusaciones afecten seriamente el importante programa de reformas del gobierno que tiene el propósito de reformar las deprimidas finanzas públicas de Brasil. El Sr. Temer negó rotundamente las acusaciones.
El presidente brasileño rechazó las peticiones de dimisión. “No voy a renunciar”, dijo en una breve conferencia de prensa. “Exijo una investigación completa y rápida”.
El Sr. Temer y su coalición de centro derecha llegaron al poder apenas el pasado mes de agosto tras la destitución por parte del congreso de su predecesora izquierdista Dilma Rousseff por violaciones presupuestarias.
Si los cargos provocan la destitución del Sr. Temer, sería la primera vez, al menos desde el inicio del período democrático moderno de Brasil en 1988, que dos presidentes han sido destituidos en rápida sucesión.
O Globo informó que Joesley y Wesley Batista, respectivamente presidente y director ejecutivo de JBS, la empacadora de carne más grande de Brasil, les habían presentado una grabación secreta del Sr. Temer aprobando sobornos para Eduardo Cunha — el desacreditado ex presidente de la cámara de diputados — a las autoridades como parte de la negociación de los cargos y las penas.
El informe se presenta en momentos en que el sistema político y empresarial del país está sufriendo por las extensas investigaciones sobre corrupción política en la compañía petrolera estatal Petrobras en un escándalo conocido como Operación Lava Jato, que también ha implicado al Sr. Temer y ocho de sus ministros, así como a gran parte del congreso.
Los analistas dijeron que a menos que el Sr. Temer demuestre rápidamente que las acusaciones son falsas, su programa de reforma quedaría probablemente a la deriva, dejando la economía de Brasil en grave riesgo de un déficit fiscal insostenible.
La mayor economía de América Latina apenas está comenzando a emerger de la peor recesión de su historia, cuando el PIB se contrajo más del 7 por ciento en dos años.
Según el informe de O Globo, el Sr. Temer escuchó de Joesley Batista que JBS estaba pagándole al Sr. Cunha, quien está cumpliendo 15 años de cárcel en relación con Lava Jato, para que guardara silencio. El presidente presuntamente habría respondido: “Tienes que seguir haciendo eso, ¿OK?”.
El informe no especifica lo que presuntamente se le pidió al Sr. Cunha — quien fue crucial en la destitución de la Sra. Rousseff — que no divulgara.
La oficina del presidente confirmó la reunión con Joesley Batista en la residencia oficial del Sr. Temer, pero dijo en un comunicado que el Sr. Temer “nunca había pedido pagos para obtener el silencio del ex diputado Eduardo Cunha”.
JBS no quiso hacer comentarios. El Sr. Cunha, quien está en la cárcel, no pudo ser contactado para conocer sus comentarios.
Manifestantes se reunieron el miércoles en la noche afuera del modernista palacio presidencial de Brasilia y en la principal arteria de São Paulo tocando sus bocinas y gritando: “¡Fuera Temer!”.
El Sr. Temer, quien ya sufre de un índice de aprobación de apenas 9 por ciento, está luchando para introducir cambios profundamente impopulares en el excesivamente generoso sistema de pensiones brasileño.
“Si se confirman esas denuncias, probablemente Temer no tendría la capacidad para aprobar la reforma de las pensiones”, dijo Thomaz Favaro, analista político de Control Risks. “Y aumenta considerablemente el riesgo de un cambio de gobierno no programado antes de la elección de 2018”.
Si el Sr. Temer deja su cargo, dentro de un plazo de 30 días los legisladores elegirían a un presidente interino para desempeñar el cargo hasta las elecciones del próximo año. Además, la corte suprema y el congreso están considerando la posibilidad de introducir enmiendas que permitan la celebración de elecciones generales inmediatamente, pero éstas todavía no han sido aprobadas.
Por Joe Leahy y Andres Schipani (c) 2017 The Financial Times Ltd. All rights reserved