BOGOTÁ. Por primera vez en la historia de la República Dominicana, un político se declara abiertamente homosexual y se postula como diputado al Congreso en las elecciones del próximo 15 de mayo.
Se trata de Deivis Ventura, un activista por los derechos de la comunidad gay, que, en las listas del Partido Revolucionario Moderno (PRM), aspira a conseguir plaza en el Parlamento por el municipio Santo Domingo Oeste.
“Ser homosexual aquí implica exponerte a toda suerte de discriminación. Ser gay, lesbiana, trans o bisexual en nuestro país es un acto de valentía”, explica en una entrevista con Efe.
Y no es el único que desafía a la política tradicional. Yimert Telemin se presenta para regidor en la población de la Romana, en el sureste del país.
Su historial está ligado al movimiento de los derechos civiles y ha sido amenazado de muerte por presentarse como el primer candidato homosexual que opta a una alcaldía.
En las listas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Telemin, como Ventura, defiende la plena integración: “Las personas LGBT (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales y transgénero) no tenemos derecho a la salud, educación, empleo, justicia y otros derechos fundamentales”.
Ambos activistas son en parte culpables de que la discriminación por orientación sexual haya entrado en campaña. Para empezar, las iglesias evangélicas del país han pedido a los feligreses que eviten votar en las elecciones a los candidatos que apoyen a la comunidad homosexual.
Por si fuera poco, la comunidad evangélica ha amenazado con leer en todos los recintos religiosos la lista de los candidatos a diputados, senadores, alcaldes y a presidentes “proaborto, progay y en contra de la soberanía” para que no voten por ellos.
Por su parte, la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) emitió este mismo mes un duro comunicado contra el embajador de Estados Unidos, James W. Brewster, un activista homosexual que, desde su llegada a la isla en 2013, ha defendido la causa LGBT.Por si fuera poco, la comunidad evangélica ha amenazado con leer en todos los recintos religiosos la lista de los candidatos a diputados, senadores, alcaldes y a presidentes “proaborto, progay y en contra de la soberanía” para que no voten por ellos.
La CED acusó a Brewster de “extralimitarse en sus funciones, mostrando poco respeto por los usos y costumbres de la sociedad”, después de que el diplomático y su pareja visitaran algunos colegios del país.
Deivis Ventura, maestro de profesión y cristiano de confesión, califica de “medieval y cargada de odio” la propuesta de leer las listas de los candidatos en las iglesias.
“Yo seguiré mi camino hacia el Congreso con la frente en alto, como cristiano que soy he asumido mi responsabilidad social acorde a los principios de mi fe”, añade.
El aspirante a la alcaldía, en declaraciones a Efe, arremete contra el dogmatismo religioso y denuncia que las autoridades de República Dominicana “no han sabido separar las funciones de las iglesias de las del Estado”.
El debate social, para Ventura, muestra que el inmovilismo está perdiendo la batalla. “Creo que los países avanzan -dice- por encima de los grupos que quieren mantener sus intereses a salvo por medio de sujetar las agujas del reloj marcando la misma hora; el tiempo sigue su curso a pesar de que las manecillas se detengan”.
El tiempo sigue su curso y en un gran número de países de Latinoamérica, la participación en política de personas ligadas al LGBT se va abriendo paso poco a poco.
Desde Luisa Revilla, primera regidora transgénero del Perú, en el distrito trujillano de la Esperanza, al concejal chileno y activista Jaime Parada; o desde la senadora colombiana Claudia López y su noviazgo con la representante Angélica Lozano, los casos se repiten en todo el continente con aparente normalidad.
Otros países como Venezuela, Brasil, México, Guatemala, Cuba o Ecuador cuentan también con políticos gais en sus instituciones o en oficinas gubernamentales, dando una visibilidad difícilmente imaginable hace diez años.
Según Ventura, República Dominicana también está preparada “para el cambio” y por ello, en su programa, propone dos leyes a la nueva cámara que salga de las urnas: una contra la discriminación y otra de identidad de género.
Las encuestas, hasta ahora, no han mostrado las posibilidades electorales de ambos candidatos, aunque el optimismo reina en las filas en sus cuarteles de campaña.
La presencia, por primera vez, de candidaturas de la bandera del arco iris a dos meses de los comicios ha despertado otro interés en la larga campaña electoral de la República Dominicana.