Capitán América y el Soldado de Invierno’

Se acaba de estrenar y la crítica norteamericana, siempre tan complaciente con las superproducciones, le otorga un aval cuantitativo: nada menos que 7.6 sobre diez.

Y, claro, la vimos, la vimos para buscar ese elevado nivel de calidad tan cantaleteado, y hemos encontrado una historia tomada de un “comic” de Marvel bien hecha, entretenida, con actuaciones de buen nivel, con dos horas de puros porrazos que nos demuestran que los personajes del cómic no pueden morir si están del lado de los buenos y que una saga repleta de acción puede ser entretenida.

PeroÖ ¡7.6! Para nosotros, para cualquier verdadero amante del cine, un film como este “Capitán América” nunca alcanzaría más de un 6 y, como se dice popularmente, ¡va en coche!.

Piensen: nuestro anterior comentario versa sobre una gran película de Thomas Vinterberg, realizador danés muy celebrado antes por “Submarino”, un drama de ribetes magistrales; La Caza tuvo un costo de 3.8 dólares, contra los 170 de la presente, y la crítica EE.UU. le otorgó un 7.9 sobre 10. En efecto, le dan mejor clasificación, pero, por poco que se piense, no hay punto de comparación entre ambas obras.

¿Qué podemos decir en pocas palabras sobre este sobrehumano héroe cuyo final se adivina a poco de comenzar, que es el típico buen mozo de todas las cintas convencionales sobre héroes, a quien le andan detrás todas las chicas bonitas aunque él nunca  tira un simple piropo ni da un besito en la mejilla ni por casualidad, que se consigue de improviso dos secuaces tan invulnerables como él aunque uno de ellos, el tal Falcon, sea un simple soldado, y luchan contra otro super-dúper que, para que adivinen pronto otro detalle del final, era su amigo de cuando jovencitos (aunque, en el disloque temporal de la historia, nadie podrá saber jamás en qué endiablada época se desarrolla el asunto). Pues, para no cansarles con el cuento, nos pareció divertida durante la primera hora, anodina en la media hora siguiente y durante los siguientes 45 minutos, un tanto reiterativa porque, claro, ya sabíamos a dónde iba la cosa y nada nos iba a sorprender sino a ensordecer con tanto cañonazo, con tantos enfrentamientos a puros porrazos que a ratos ni entendíamos bien quién le daba a quién. Pasamos el rato. ¿Y?

LISTIN DIARIO