Senador Menéndez. (Fuente Externa)
SANTO DOMINGO, República Dominicana, (AP)— La relación entre un senador estadounidense y un acaudalado donante de políticos ha develado deficiencias en la seguridad portuaria en República Dominicana, que se ha convertido en un los puntos principales de tránsito para las drogas en el Caribe. Y la situación parece empeorar.
Las autoridades dominicanas confiscaron el año pasado nueve toneladas de cocaína que representaron el tercer récord consecutivo, de acuerdo con la institución nacional antidrogas. Sólo en enero, decomisaron tres toneladas en la costa sur del país.
«Posiblemente será un récord este año también», previó en una entrevista Pedro Janer, el director interino de la División Caribeña de la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA).
La DEA encomia el trabajo de República Dominicana contra las drogas, y la asistencia estadounidense ha incluido el uso de un avión teledirigido de vigilancia y el apoyo de embarcaciones y aeronaves en el cercano Puerto Rico. Pero las autoridades estadounidenses se han quejado con frecuencia sobre la necesidad de más seguridad en los puertos, donde existe un solo escáner de gran tamaño, a préstamo de Estados Unidos, para explorar el interior de los contenedores.
Entre los críticos de esa situación está el senador federal Robert Menéndez, de Nueva Jersey, quien ha expuesto el asunto en tres audiencias en el Congreso.
«A menudo pienso en esto de una manera muy significativa en mi propio estado debido a que sabemos que algunas de esas embarcaciones con contenedores cargados de cocaína, cuando zarpan de República Dominicana, ¿hacia dónde navegan? Bueno, con mucha frecuencia terminan en el Puerto de Newark y Elizabeth que es un megapuerto en la Costa Este en mi estado de Nueva Jersey», señaló en una audiencia en diciembre de 2011.
La situación de Menéndez ha estado en los medios de comunicación desde que un grupo de agentes federales registró en Florida las oficinas de su mayor donante, el médico Salomón Melgen, que en agosto de 2011 compró una empresa con un contrato para mejorar la seguridad en puertos dominicanos. El contrato, con una vigencia de 10 años y un valor de 500 millones de dólares, fue firmado en 2002 pero suspendido dos años después por el gobierno dominicano y ahora está atorado en las cortes.
«El hecho de que alguien sea un donante no excluye el derecho o la oportunidad de considerar si algo es correcto o incorrecto, de hacer preguntas, de suscitar inquietud», dijo Menéndez el jueves en una entrevista con la red de televisión en español Univision.
Mientras, el flujo de drogas a través de República Dominicana ha estado aumentando, como parte de un incremento del contrabando por el Caribe debido a que los traficantes intentan al parecer evitar las operaciones multinacionales en América Central y las acciones en la frontera de Estados Unidos y México, estimaron funcionarios estadounidenses y dominicanos.
El Caribe fue en la década de 1980 la principal ruta del narcotráfico hacia la zona continental de Estados Unidos, pero en los últimos años la ruta ha girado hacia el poniente con dirección a México. Según estadísticas suministradas por la DEA, el 8% de la cocaína que llegó a Estados Unidos pasó por el Caribe y este año podría ser el 20%, dijo Janer.
Las autoridades dominicanas afirman que han aumentado los decomisos de droga y que esto es un indicio de progreso en la lucha contra el narcotráfico.