SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Diecinueve arzobispos y 14 obispos de las islas del Caribe expresaron “dolor y preocupación” por el conflicto generado tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el derecho de nacionalidad y el Plan Nacional de Regularización de extranjeros puesto en marcha por el Gobierno de la República Dominicana.
Los religiosos, agrupados en la Conferencia Episcopal de las Antillas, fijó posición sobre el caso en una comunicación que enviaron al arzobispo de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez.
Recuerdan que el hijo de Dios, Jesús, fue un refugiado y ruegan que la Iglesia Católica dominicana haga lo posible para preservar los derechos humanos y la dignidad de los haitianos y sus descendientes aquí.
Resaltan que las informaciones que tienen indican que muchos de los haitianos llevan residiendo aquí 30 y 40 años, con una familia, y otros han permanecido durante dos generaciones de hijos y nietos que nacieron en suelo dominicano, y son, por lo tanto, dominicanos»
La Carta
El texto de la carta de las autoridades católicas de las Antillas a López Rodríguez, es el siguiente:
«30 de noviembre de 2013
Cardenal Nicolás López Rodríguez
Presidente de la Conferencia Episcopal de la República Dominicana
República Dominicana
Muy Estimado Cardenal López:
Los obispos de la Conferencia Episcopal de las Antillas reunidos en la Arquidiócesis de Puerto de España, Trinidad y Tobago, con motivo de la histórica visita a la región del Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos le saludan a usted y a todo el pueblo de la República Dominicana República en nombre de la gente de la región de la AEC «con la alegría que llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús» con las palabras con que el Papa Francis comienza su recién publicada Exhortación «Evangelii Gaudium».
Aún cuando estamos alentados por las palabras de misericordia y compasión del Papa Francisco, no podemos dejar de compartir nuestro dolor y profunda preocupación por las decenas de miles de nuestros hermanos y hermanas y sus hijos en el hermano país caribeño de la República Dominicana, rodeada por las diócesis de la Conferencia Episcopal de las Antillas, entre ellas las de Jamaica, Bahamas y Turcos y Caicos a Antigua, St. Martin, Dominica, Martinica y Guadalupe.
Hemos recibido informes de que varios de los obispos dominicanos, incluyendo el Obispo de Barahona, y el Obispo emérito de San Francisco de Macorís han expresado su gran preocupación por el impacto de la reciente sentencia de la corte Constitucional de la RD sobre miles de dominicanos de varias generaciones nacidas en la República Dominicana que son hijos de haitianos.
«Algunos de ellos han vivido en el país durante 30 o 40 años, con una familia,» dijo el Obispo Rafael Leónidas Felipe Núñez. «Otros han estado aquí durante dos generaciones, hijos y nietos, que nacieron aquí. Si estas personas han vivido en el país por un tiempo tan largo, no saben nada acerca de Haití, y son, por lo tanto, dominicanos.»
La Conferencia de Superiores Religiosos de la República Dominicana también ha condenado enérgicamente el despojo de miles de su nacionalidad y su dignidad, y somos conscientes de las muy profundas preocupaciones de muchos de los agentes de pastoral de las diócesis de la República Dominicana que sirven desinteresadamente a estos hermanas y hermanos más pobres y los más marginados y más discriminados.
Organizaciones religiosas y diocesanas de todo la AEC también han expresado su profunda preocupación. Nosotros, los obispos de la AEC hemos emitido una declaración el 15 de noviembre de 2013, en la que nuestra Conferencia dij «comparte las preocupaciones y ofrece pleno apoyo en la oración a los líderes religiosos y a otros que trabajan generosamente y sin miedo en la República Dominicana para contrarrestar el impacto que la legislación pueda tener sobre decenas de miles de los más pobres y marginados de la República Dominicana».
También urgimos al liderazgo de los distintos territorios y la CARICOM como un organismo a fin de utilizar su influencia con el gobierno de la República Dominicana para que pueda proteger plenamente los derechos y la humanidad de decenas de miles de los «más pequeños de sus ciudadanos», y esforzarse para prevenir la discriminación y el abuso de los menos capaces de protegerse a sí mismos.
Al leer las palabras de la exhortación del Papa Francisco, «Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Con una ternura que nunca defrauda sino que es capaz de restaurar nuestro gozo, Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar,» no podemos dejar de pensar en nuestros hermanos y hermanas dominicanos marginados y condenados al ostracismo y oramos para que ellos también «nunca huyan de la resurrección de Jesús”, y que “nunca pierdan la esperanza, pase lo que pase. ¡Que nada los inspire más que su vida que nos lanza hacia adelante!”.
Como una Conferencia Episcopal hermana en la región, le instamos, en nombre del Evangelio y de Cristo, que era un refugiado, que ustedes hagan todo lo posible para trabajar por los derechos humanos y la dignidad de aquellos que han sido privados de sus derechos. Tenemos a usted y a sus hermanos Obispos de la Conferencia Episcopal Dominicana ante el Señor en nuestras oraciones mientras ustedes desempeñan la tarea importante y delicada de pastorear a todos los dominicanos a su cuidado con especial responsabilidad de ser testigos y servidores de Cristo pobre a los «más pequeños hermanos y hermanas de Cristo en la República Dominicana».
Favor de pedir a sus hermanos obispos tenernos presentes, a nosotros los obispos en la AEC, en sus oraciones , dado que somos pecadores como el Papa Francisco, humildemente pedimos la gracia de Dios para practicar lo que predicamos.
Atentamente sus hermanos en Cristo,
Arzobispo Patrick C. Pinder,
Arzobispo de Nassau
Presidente de la Conferencia Episcopal de las Antillas
AEC Bishops Meeting at St. John Vianney Seminary, Tunapuna Trinidad»