Miguel Ceara Hatton
SANTO DOMINGO.- El economista Miguel Ceara Hatton acusó al contralor general de la República durante el gobierno de Leonel Fernández, Simón Lizardo, hoy ministro de Hacienda, de haber permitido que el déficit fiscal llegara a RD$187 mil millones de pesos.
Dijo que «aun cuando la propuesta de reforma fiscal del presidente Danilo Medina tiene justificación en la Estrategia Nacional de Desarrollo para afrontar ese déficit, se deben investigar las violaciones a la Constitución y a las leyes de Contraloría, de Crédito Público y de Presupuesto en que se incurrió en la pasada gestión.
También atribuyó responsabilidad al ministro de Hacienda de ese entonces, Daniel Toribio, y al de Economía, Planificación y Desarrollo, Temistocles Montás.
Entrevistado en el programa televisivo «Propuesta de la Noche», que se transmite por Digital 15, Ceara Hatton insistió en que la mayor responsabilidad del déficit recae en el pasado contralor, quien, a su juicio, debió informar a Leonel Fernández de lo que estaba pasando, antes de que la situación pasara a la Cámara de Cuentas.
«Es al contralor a quien corresponde determinar y autorizar previamente el gasto, por lo que, al no hacerlo, incurrió en violación a la ley», afirmó.
Calificó al actual ministro de Hacienda como «una persona no fiable» para poner bajo su control los RD$55 mil millones que el gobierno aspira a recaudar con la reforma fiscal.
“No hay forma de explicar lo que ocurrió en el año 2012. No hay forma humana de explicarlo, y nadie, repito, nadie que sea mininamente educado y entendido en temas económicos puede alegar ignorancia”, argumentó.
Refutó los argumentos oficiales que atribuyen la causa del déficit a una caída de 27 mil millones de pesos en los ingresos.
Aseguró que quienes sostienen esa versión sabían que en base a las mediciones técnicas en economía no se captaría el volumen de recursos que se presupuestó.
Explicó que, «»para que esa presupuestación ocurriera tenía que suponerse una inflación muy alta o una reforma tributaria o asumir que el PIB iba a crecer a nivel de dos dígitos real, lo que tampoco se daría, pero así lo consignaron a sabiendas de que no se lograría.